El arzobispo de Valladolid, el palentino Ricardo Blázquez, ha confesado hoy que ha "encargado" buen tiempo para poder vivir en plenitud la Semana Santa vallisoletana, deseo que, como así ha lamentado, no ha podido ver cumplido como consecuencia de la lluvia cuando está a punto de cumplir casi tres años al frente de la Archidiócesis vallisoletana.

Blázquez, minutos antes de la conferencia 'La Asamblea Sinodal desde la mirada de un testigo', pronunciada en el salón de actos de Caja España-Duero, en la Plaza de Fuente Dorada, bajo la organización del Ateneo de Valladolid, ha recordado con alegría la "bellísima" celebración del Domingo de Ramos de los primeros años y, con cierta tristeza, las malogradas procesiones del Jueves y, fundamentalmente, del Viernes Santo a causa del mal tiempo.

Este año, tal y como ha anunciado en declaraciones recogidas por Europa Press, el prelado se sumará a la Procesión General del Viernes Santo, tras haber podido apreciar en los últimos años "la calidad de sus imágenes y ritual procesional lento, grave, su música y la participación recogida y silenciosa de quienes procesionan pero también de los que la contemplan", lo que, en su opinión, "invita a un acontecimiento espiritual de primera magnitud".

Además, el arzobispo ha aprovechado para hacer un llamamiento a los fieles para que participen de la Semana Santa tanto "interna como externamente, con un corazón despierto a la fe y abierto a la llamada del Señor" y también sumándose a las celebraciones litúrgicas en los templos y en las procesiones que discurren por las plazas y las calles de la ciudad".

Un papa "austero y sencillo"

La presente Semana de Pasión vallisoletana coincidirá con el inicio del Pontificado del Papa Francisco, al que Blázquez ha definido como un hombre "austero, sencillo y cercano" como principales señas de identidad, semblanza que el arzobispo de Valladolid ha realizado desde el conocimiento de la personalidad del Santo Padre, con quien tuvo ocasión de compartir ejercicios espirituales durante una semana en 2006 y casi otras tres semanas en 2007 con motivo de la celebración de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe en la localidad brasileña de Aparecida.

Así, Blázquez ha destacado que ya entonces pudo conocer a una persona "muy cercana, sencilla, inteligente, receptiva a sugerencias y que desde el principio sabía por dónde caminar".