Un escritor murciano retrata las intrigas entre servicios secretos en guerra fría con la muerte de Hitler como trasfondo

Advierte que el espionaje no ha cambiado desde la guerra fría, e insta a distinguir entre los servicios de inteligencia y 'Método 3'
El economista y escritor murciano Antonio Manzanera
El economista y escritor murciano Antonio Manzanera
EUROPA PRESS
El economista y escritor murciano Antonio Manzanera

El economista y escritor murciano Antonio Manzanera ha presentado su primera novela, 'El informe Müller', en la que retrata de forma fehaciente las guerras internas entre los servicios secretos durante la guerra fría, el contraespionaje y los agentes dobles, todo ello mediante una trama de ficción soportada en informes verídicos desclasificados recientemente por los Estados Unidos y Rusia, con la caída de Berlín y la muerte de Hitler como telón de fondo.

La obra narra el destino que podría haber tenido Heinrich Müller, uno de los mayores criminales nazis que fue director de la Gestapo —la policía política de Hitler—, desde 1939 hasta 1945, año en el que desapareció misteriosamente del búnker en el que se refugió con el mismísimo Führer en sus últimos días, cuando los soviéticos ya tenían cercada la ciudad.

Manzanera recuerda que los aliados estuvieron buscando a Müller durante mucho tiempo tras la guerra y, de hecho, fue el único de los 30 ocupantes del búnker que nunca fue encontrado. Los Estados Unidos lo buscaron a través de sus servicios de inteligencia y fueron documentando todos los pasos que dieron para ello, lo que dio lugar a un dossier que fue clasificado posteriormente como confidencial.

En 2002, el ex presidente George Bush accedió a la Casa Blanca y una de las primeras medidas que tomó como presidente fue desclasificar los documentos que componían el dossier de Heinrich Müller.

Según este informe, los americanos nunca habían entrado en contacto con Müller, al contrario de lo que sostenían los soviéticos, que sospechaban que el director de la Gestapo había trabajado para la CIA porque tenía muchísima información sobre actividades soviéticas durante la guerra.

Sin embargo, el informe desclasificado revela que los americanos no tuvieron trato con Müller, y sospechaban que había llegado a un acuerdo con los soviéticos. En concreto, la CIA dan credibilidad a esta versión porque el director de la Gestapo se encontraba en Berlín cuando ya no tenía ninguna razón para estar allí: las oficinas de la Gestapo ya no estaban en la capital alemana, y él no era berlinés, sino bávaro.

Manzanera leyó fragmentos de este informe, que constituía una novela en sí misma, y tuvo acceso al estudio que realizaron diversos historiadores americanos, lo que sentó las bases de la novela, que toma por cierta la hipótesis de que Müller colaboró con los soviéticos durante los años posteriores al fin de la guerra.

En concreto, 'El informe Müller' está ambientada en 1955 cuando, una vez muerto Stalin, Müller es consciente de que los soviéticos ya no tienen interés en seguir protegiéndole y escapa al bloque occidental, donde contacta con el servicio secreto británico para pasarle información del KGB a cambio de protección.

En ese interludio, Müller es asesinado y los servicios secretos americanos e inglés emprenden una investigación para descubrir quién es el responsable, acusándose mutuamente de estar infiltrados por un topo soviético.

En este contexto entra en escena un tercer grupo de espías, la 'organización Gehlen', que fue la génesis del actual servicio de inteligencia alemán y que surgió auspiciado los aliados, que por aquel entonces no tenían información de la URSS y recurrieron a los nazis para obtenerla y montar una red de espionaje.

Pues bien, la novela describe con gran realismo y de forma fidedigna las guerras internas y las suspicacias entre los distintos servicios secretos americano, británico, soviético y alemán, en plena guerra fría.

El argumento de la novela está construido en torno a quién fue el delator de Müller, y no se descubre a identidad del asesino hasta el final, pero Manzanera advierte que lo verdaderamente importante es por qué fallece.

La caída de berlín

En la novela, Müller revela a los servicios secretos aliados una historia acerca de los últimos días de la batalla de Berlín y de Hitler en 1945, según admite el propio autor de la novela.

Para abordar y documentar esta parte de la historia, Manzanera se ha basado en los documentos desclasificados hace unos años de forma insólita por el presidente de la Federación Rusa, Dmitri Medvédev. "Llovieron solicitudes de gente que quería ver el trozo de cráneo con un agujero de bala que estaba atribuido a Adolf Hitler", reconoce el escritor murciano.

Y es que los soviéticos encontraron el cuerpo de Hitler enterrado en el jardín de la Cancillería, como todos los testigos habían declarado que había sucedido. Según la versión oficial, los restos del cadáver de Hitler fueron enterrados en algún lugar de Europa del Este para, después, ser desenterrados, pulverizados y arrojados a una alcantarilla, para evitar que se convirtiera en una reliquia, recuerda Manzanera.

Sin embargo, conservaron un trozo de cráneo en el Archivo Ruso junto con un informe que encargó Stalin. Un equipo de la universidad de Connecticut tuvo acceso a los restos y les hizo una prueba de ADN que determinó que el trozo de cráneo pertenecía a una mujer.

Rusia desmintió la noticia y cerró el archivo, hasta el punto que no han dejado que nadie vuelva a tener acceso al archivo. Manzanera recuerda que los soviéticos desenterraron cerca de 150 cadáveres en los jardines de la cancillería, por lo que podía ser de cualquiera.

El escritor murciano explica que la novela ha sido leída por historiadores, y ellos mismos han reconocido que muchas veces no pueden distinguir la realidad de la ficción. En cualquier caso, Manzanera asegura que ha redactado el libro siendo fiel a los hechos que ocurrieron realmente.

El espionaje,

De moda

Manzanera explica que el espionaje está de moda con los casos de espionaje realizados en Cataluña por la agencia 'Método 3', pero insta a distinguir "el detective del espía". De hecho, recuerda que hay una Ley de seguridad privada que regula en qué casos uno puede encargar los servicios de un investigador privado.

En concreto, explica que se puede recurrir a un detective privado en los casos en los que una persona está directamente involucrada, como las infidelidades. También matiza que es legal grabar una conversación telefónica, siempre y cuando uno de los dos interlocutores lo sepa y consienta. Lo que es ilegal, aclara, "es poner un micrófono a gente que no sabe que la están grabando".

Además, Manzanera se pregunta "qué interés puede tener escuchar a gente como los políticos españoles, que no aportan absolutamente nada a nadie".

En cambio, Manzanera habla del espionaje público que llevan a cabo los servicios de inteligencia, y que están regulados por una ley orgánica en el ámbito de la recopilación de información, y dice que es legal, incluso, grabar conversaciones sin que lo sepan los involucrados "cuando un magistrado del Tribunal Supremo te da permiso para hacerlo".

El escritor murciano afirma que no hay muchas diferencias entre el espionaje que se llevaba a cabo en la guerra fría y el actual, ya que la principal función de un servicio de inteligencia nacional sigue siendo conseguir información, robarla si es necesario y fabricarla para engañar a un enemigo.

Segundo libro

Manzanera ya tiene preparado su segundo libro, que va a ser publicado en noviembre bajo el título 'La suave superficie de la culata', precisamente coincidiendo con el 50 aniversario del asesinato de John Fitzgerald Kennedy, el 23 de noviembre. En esta nueva novela, Manzanera profundiza en la relación de la mafia en el asesinato del entonces presidente de los Estados Unidos.

En esta historia, Manzanera profundiza en el vínculo entre la mafia y el fallecimiento del ex presidente estadounidense, y mezcla los planes de la CIA para asesinar a Castro, con el ambiente de Las Vegas y Cuba.

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