La Fiscalía mantiene la petición de cuatro años de cárcel para el extorero Ortega Cano

  • Los peritos de la defensa sostienen que conducía entre 79 y 96 kilómetros por hora —la Guardia Civil estima que iba a 125 km/h— y sufrió un 'vahído'.
  • El extorero se enfrenta a una pena de prisión por homicio imprudente y por otros dos delitos contra la seguridad vial.
  • La familia del conductor fallecido reclama casi 500.000 euros de indemnización.
  • Ortega Cano dice que lleva dos años "pasando un quinario".
Ortega Cano, en la quinta jornada del juicio por un accidente de tráfico mortal.
Ortega Cano, en la quinta jornada del juicio por un accidente de tráfico mortal.
EFE/Raúl Caro
Ortega Cano, en la quinta jornada del juicio por un accidente de tráfico mortal.

La Fiscalía ha mantenido este martes su petición de cuatro años de cárcel para el torero José Ortega Cano por el accidente de tráfico en el que murió el conductor de otro vehículo el 28 de mayo de 2011. La acusación particular que ejerce la familia del fallecido ha mantenido también su calificación igual que el fiscal, en la que imputan a Ortega Cano dos delitos contra la seguridad vial y otro de homicidio imprudente.

El fiscal ha considerado demostrado que Ortega Cano iba bebido por los numerosos testigos que lo vieron y porque "solo un loco conduce de esa manera". En su informe final, el fiscal Luis Carlos Rodríguez León ha basado su acusación en el camarero y la vecina de Burguillos (Sevilla) que lo vieron tambalearse y con evidentes signos de borrachera media hora antes del siniestro ocurrido a las 22.30 horas del 28 de mayo del 2011. Además, ha recogido la declaración de una pareja que minutos antes de las 22.00 horas llamó al servicio de emergencias del 112 para denunciar que el todoterreno del torero circulaba temerariamente entre las localidades sevillanas de Villaverde del Río y Burguillos y les había adelantado saltándose una línea continua y en un paso de cebra con badén. "Nadie ha sido capaz de rebatir ese testimonio, desde Villaverde el acusado estaba afectado por el alcohol y solo un temerario o loco conduce de esa manera", ha afirmado el fiscal.

La defensa del torero ha elevado a definitiva su petición de absolución por entender que la alcoholemia de 1,26 gramos por litro de sangre que arrojó el torero es inválida pues se rompió la cadena de custodia de las muestras en el hospital Virgen Macarena de Sevilla. Para ello, ha impugnado las providencias del juez de instrucción que ordenó hacer una prueba de alcoholemia a Ortega Cano, cuando estaba ingresado en el hospital, y los consiguientes resultados del Instituto Nacional de Toxicología.

En su derecho a la última palabra, Ortega Cano ha asegurado que lleva dos años "pasando un quinario" y reitera que no bebió la noche del accidente. Ortega Cano se ha puesto en pie y ha asegurado que tiene carné de conducir desde 1974, que lleva casi 40 años conduciendo por carreteras de España, Portugal, Norteamérica y Sudamérica sin haber tenido ningún accidente. Este suceso "ha sido el percance más grave de mi vida", ha dicho. Ha añadido que "se une al dolor de la familia" del fallecido y ha puesto a Dios y a sus seres más queridos como testigos de que no recuerda nada del accidente, pero solo sabe que no bebió alcohol. "Que sea lo que Dios quiera y la Justicia dictamine", ha dicho en pie ante la juez.

El juicio, que se inició el pasado día 12, ha concluido tras cinco sesiones en los juzgados de Sevilla. La vista oral comenzó con el rechazo, por parte de la juez, de la declaración como testigos del enfermero que sacó sangre al torero en el hospital y el celador que la trasladó al banco de sangre, como había pedido este mismo martes la Fiscalía.

El fiscal basó su petición en que, tras la declaración el viernes del jefe de Hematología del hospital Virgen Macarena, había quedado en "una nebulosa" la custodia de las muestras que luego se usaron para la prueba de alcoholemia que arrojó un valor triple de lo autorizado. La juez ha argumentado que la declaración del jefe clínico no supuso una "retractación ni revelación inesperada", como prevé la ley para introducir testigos en esta fase del juicio.

No pudo haber vahído

Dos peritos de la defensa han asegurado en la sesión de este martes que el torero circulaba a una velocidad de entre 79 y 96 kilómetros/hora, en contra de la Guardia Civil, que lo sitúa en 125 kilómetros para una carretera limitada a 90. Estos dos peritos han asegurado en el juicio que los datos de velocidad de la Guardia Civil no coinciden con los parámetros de pérdida de energía y han señalado como posible causa de la discrepancia que en la simulación oficial se usó una berlina Mercedes modelo S-420 y Ortega conducía un todoterreno R-320.

Los expertos de la defensa han  asegurado que no pueden precisar cuantos metros invadió el acusado el carril contrario ni han descartado que pudiera deberse a un desvanecimiento. Sin embargo, los peritos de la Guardia Civil han descartado que el acusado pudiera sufrir un vahído, como sostuvo en su declaración, ya que invadió durante 60 metros el carril contrario con una "acción de fuerza sostenida sobre el volante" y "de manera plena".

Por ello, la Guardia Civil atribuye el choque a una "clara distracción" de Ortega Cano, muy probablemente vinculada a su alcoholemia de 1,26 gramos de alcohol por litro de sangre, triple de la autorizada. De haber sufrido un desmayo, habría dado un volantazo con vuelco o pérdida de control del vehículo, ha añadido otro perito en reconstrucciones aportado por la compañía aseguradora.

Dicho informe señaló como responsable del accidente al ganadero a causa de una "distracción o desatención" en la conducción, lo que le llevó a invadir el carril contrario y colisionar contra el coche que conducía Carlos Parra.

Reclaman casi 500.000 euros de indemnización

La acusación particular reclama una indemnización de casi 500.000 euros para los familiares de Carlos Parra, al incluir el daño moral causado a la viuda y a los dos hijos, así como a la madre del fallecido, y también el concepto de lucro cesante, por el salario que el fallecido habría cobrado hasta la fecha de su jubilación.

Las dos compañías aseguradoras de los dos coches siniestrados, Mutua Madrileña y Línea Directa, ya han abonado 169.619,1 euros a la familia de Carlos Parra, así como otros 5.640 euros por los daños causados en el vehículo del fallecido. Al conductor de la furgoneta Citroën C-15 que colisionó con el motor del coche de la víctima se le han abonado otros 5.864 euros por los daños que sufrió el vehículo.

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