Barcina revalida su cargo como presidenta de UPN con el 51,58% de los votos

  • Su rival, Alberto Catalán, el hasta ahora vicepresidente regionalista, obtuvo el 47,27% de los votos.
  • Miembros de la candidatura de Catalán han pedido un recuento, que ha detectado un desfase de seis votos y ha dado por buena la votación inicial.
  • La votación ha estado salpicada por la polémica de las dietas cobradas en Caja Navarra en la que ambos candidatos se han visto implicados.
  • La reelección de Barcina en UPN ancla su posición en un Gobierno cuestionado y con dificultades para avanzar por su minoría parlamentaria.
La jefa del Ejecutivo navarro y candidata a la presidencia de UPN, Yolanda Barcina, arropada por su candidato a la secretaría general, Oscar Arizcuren (i), durante la votación para elegir al nuevo presidente de la formación regionalista.
La jefa del Ejecutivo navarro y candidata a la presidencia de UPN, Yolanda Barcina, arropada por su candidato a la secretaría general, Oscar Arizcuren (i), durante la votación para elegir al nuevo presidente de la formación regionalista.
EFE
La jefa del Ejecutivo navarro y candidata a la presidencia de UPN, Yolanda Barcina, arropada por su candidato a la secretaría general, Oscar Arizcuren (i), durante la votación para elegir al nuevo presidente de la formación regionalista.

La presidenta del Gobierno foral y de Unión del Pueblo Navarro (UPN), Yolanda Barcina, ha revalidado este domingo su cargo al frente del partido, al imponerse con el 51,58% de los votos emitidos al hasta ahora vicepresidente regionalista, Alberto Catalán, quien también optaba a la presidencia.

Barcina se ha impuesto en una votación muy igualada en la que ha obtenido 871 votos, el 51,58% del total, frente a los 795, el 47,27%, que ha logrado Catalán.

También han sido elegidos los candidatos de Barcina a la vicepresidencia del partido, Juan Antonio Sola, y a la Secretaría General, Oscar Arizcuren. Sola ha logrado 863 votos, el 51,31%, frente a los 786 votos (46,73%) recabados por Conchi Mateo, y Arizcuren ha contado con 852 votos, el 50,65%, frente a los 807, el 47,98%, de Amelia Salanueva.

La renovación de los cargos de dirección de UPN, partido mayoritario en Navarra y que desde hace 17 años gobierna ininterrumpidamente en esta comunidad, se ha producido en el IX Congreso que los regionalistas han celebrado en Pamplona bajo el lema "Centrados en Navarra".

En esta ocasión el Congreso ha estado marcado por la división entre quienes apoyaban a Barcina y a Catalán y salpicado por la polémica de las dietas cobradas en los órganos de dirección de Caja Navarra, en la que ambos, junto con otros políticos navarros, se han visto implicados.

Tras un recuerdo a las víctimas del terrorismo, especialmente a sus compañeros Tomás Caballero y José Javier Múgica, asesinados por ETA, el coordinador del Congreso y hasta ese momento secretario general de UPN, Carlos García Adanero, ha expuesto el balance de actividades y las cuentas del 2012.

Ha sido necesario un recuento

Miembros de la candidatura de Alberto Catalán ha pedido que se recuenten los votos emitidos en el Congreso de UPN al existir dudas sobre el número de votantes y el número de votos emitidos.

Durante las votaciones se ha producido un fallo en el sistema informático del registro que ha llevado a modificar el sistema de votación previsto, pero que, según ha declarado en ese momento el entonces secretario de Comunicación, Sergio Sayas, se ha solventado sin problemas.

Posteriormente, ante la posibilidad de que existiese un desfase entre el número de votos y de votantes, miembros de la candidatura de Alberto Catalán han presentado una reclamación con el objeto de que se cuenten de nuevo de forma manual los votos, según ha indicado María Caballero, quien ha precisado que no tienen "ninguna gana ni de enredar ni de nada".

El recuento solicitado por miembros de la candidatura de Alberto Catalán ha detectado un desfase de seis votos por lo que, al no afectar al resultado, la Mesa del congreso ha dado por buena la votación.

Al frente de un Gobierno cuestionado

La victoria de Yolanda Barcina reafirma desde ya su liderazgo al frente de un Gobierno de Navarra con dificultades para avanzar por su minoría parlamentaria y con una gestión reprobada esta misma semana por el resto de los grupos.

Su reelección en el Congreso de UPN supone también salir airosa en el plano interno de uno de los momentos más difíciles de la trayectoria política de Barcina, inmersa en las últimas semanas en la polémica por el cobro de elevadas dietas percibidas de Caja Navarra, que le ha reportado un mayoritario rechazo ciudadano.

Este asunto ha tenido la virtualidad de unir a todos los grupos de la oposición del Parlamento en la reprobación de la presidenta del Gobierno, y a la mayoría de ellos en la petición de su dimisión, si bien sin llegar a formalizar una efectiva moción de censura.

Esto y la imposibilidad de consensuar con Catalán una lista de consenso única para gestionar el partido le han llevado a vivir sus horas más bajas como presidenta del partido regionalista, hasta donde fue aupada hace cuatro años por un indiscutido Miguel Sanz que apostó por ella en detrimento de Alberto Catalán.

Su carrera política

Barcina se inició en política en 1996 cuando abandonó su cargo de vicerrectora de Gestión Académica de la UPNA y catedrática de Nutrición y Bromatología para incorporarse como consejera de Medio Ambiente, Ordenación del territorio y Vivienda al Gobierno de Miguel Sanz, quien después la aupó a la alcaldía de Pamplona, cargo que ostentó entre 1999 y 2011.

Fue primera edil hasta en tres legislaturas con un tirón electoral indiscutible, que se trasladó al seno de UPN, al que tras afiliarse en el año 2000 ha representado como miembro del Comité Ejecutivo desde 2001, como vicepresidenta desde 2006 y como presidenta desde 2009, cargo que ha sido la primera mujer en ostentar, al igual que fue la primera consejera de un Gobierno navarro y la primera alcaldesa de Pamplona.

Su meteórico ascenso a la presidencia de UPN en 9 años de militancia y su escaso contacto hasta entonces con las bases despertó suspicacias en algunos sectores, si bien la sombra de Miguel Sanz consiguió unificar los criterios hasta el punto de que su candidatura a la presidencia tras la renuncia de su mentor fue la única, pese a que Catalán sopesó presentarse.

Ya elegida presidenta del partido en 2009, con Sanz como presidente del Gobierno, la bicefalia durante dos años se reveló tirante en varios asuntos, aunque la apuesta de Barcina por retomar pactos electorales con el PP pese a la traumática ruptura decidida años antes por Sanz fue el punto de inflexión de su relación.

Llevó al partido a ser la lista más votada en las elecciones autonómicas de 2011, pero sus 19 escaños en una Cámara de 50 obligaron a buscar la alianza en un PSN con el que conformó el Gobierno foral pero con el que mantuvo constantes desavenencias hasta que un año más tarde el pacto se rompió.

Desde entonces y en medio del embate más duro de la crisis económica, Barcina se ha mantenido en la presidencia de un Gobierno frenado en sus políticas por su posición minoritaria en el Parlamento, donde tan sólo el insuficiente apoyo del PPN y el ocasional del PSN le ha dado aire en sus iniciativas.

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