El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha afirmado este martes que tanto el Gobierno como el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) usarán las entidades financieras nacionalizadas para hacer llegar crédito a las pymes y las familias, y ha rechazado que se vaya a aceptar una oferta de compra que suponga malvender alguna de estas entidades, porque el objetivo es recuperar la máxima cantidad posible del dinero del contribuyente que se ha inyectado. "Nos dejaremos la piel en ello", ha llegado a afirmar.

Durante su réplica ante la Comisión de Economía del Congreso, De Guindos ha hecho referencia a las quejas planteadas por diferentes portavoces contra el estrangulamiento de la economía real que se sigue produciendo a pesar de las importantes cantidades de dinero público destinado a las entidades financieras que, sin embargo, no se traducen en más crédito.

"El desapalancamiento de la deuda privada se tiene que producir necesariamente, sobre todo para constructoras e inmobiliarias. Pero en paralelo ese proceso tiene que ser compatible con la disponibilidad de crédito para pymes. Y ahí, tanto el Banco de España como el FROB y el Gobierno harán todo lo que esté en su mano para que fluya el crédito a las pymes", ha explicado.

Así, ha recordado que ya hay anunciadas líneas de ayudas para pymes y ha defendido que el Gobierno debe utilizar las tres entidades que controla para favorecer la concesión de crédito", ha señalado, recordando que Bankia, Catalunya Banc y Novagalicia Banco no pueden dar crédito inmobiliario. "Tenemos tres magníficos bancos saneados y con liquidez bajo el paraguas del FROB y hay que utilizarlos de la forma más adecuada posible", ha insistido.

Con el menor coste para el contribuyente

Por otra parte, el titular de Economía también ha reiterado que el Gobierno "intentará minimizar el coste para el contribuyente" de todo el proceso de reforma financiera, lo que pasa necesariamente por abordar la venta de las entidades nacionalizadas con "responsabilidad" y sin fusionarlas, porque "valen más separadas que juntas".

No obstante, ha rechazado hacer estimaciones sobre qué porcentaje de los fondos públicos podrán ser recuperados porque "depende de muchísimas variables, algunas de las cuales ni siquiera están en manos de los gestores, sino que dependen del entorno económico". "Yo no voy a ser frívolo, no voy a decir si es probable o no (que se recuperen las ayudas), pero nos vamos a dejar la piel para que, efectivamente, las entidades se pueda vender al precio más alto", ha insistido.

Así, se ha referido a la frustrada subasta de Catalunya Banc, suspendida porque "el Gobierno no va a malvender ninguna entidad".

"Tenemos cinco años (para venderlo), ¿por qué nos vamos a precipitar? La venderemos con prudencia y eligiendo el mejor momento. Si lo hubiéramos malvendido estarían diciéndome que por qué. Como no hay necesidad de venderla ahora, la mantenemos. Es una entidad factible, solvente, con enorme liquidez y, como gestores públicos, tenemos que elegir el mejor momento para no malvender", ha insistido.

Preguntado sobre las causas de las bajas ofertas recibidas por Catalunya Banc, De Guindos ha señalado que se debe a que el Gobierno y el FROB "no han mostrado una disposición de apertura a más ayudas adicionales", al considerar que la entidad ya está suficientemente saneada.

En el mismo sentido, también ha defendido que BFA-Bankia está en un proceso para "adquirir valor" y que, dentro de un "periodo de tiempo no excesivamente dilatado" se devolverá al sector privado, con el mismo objetivo de recuperar el mayor porcentaje posible de las ayudas inyectadas. "Bankia es una entidad con 40.000 millones de euros de liquidez, con una situación saneada, mucho mejor que hace unos meses, y es una de las entidades más solventes y líquidas de Europa", ha apostillado.

Sin ninguna complacencia

A pesar de defender la actual situación de los bancos nacionalizados, De Guindos ha rechazado que se pueda caer en ningún tipo de "complacencia", avisando de que "el camino que queda por delante es todavía largo y tortuoso".

"Hemos pasado momentos muy complicados. La situación del sistema financiero infectó la percepción del riesgo de España, y esto hoy se ha terminado. Pero no voy a caer en la complacencia, porque se puede repetir. Si he dado sensación de triunfalismo no creo que sea ésa la situación. Estábamos al borde de una situación extremadamente complicada para la economía y eso se ha revertido, pero el camino que queda por delante es todavía largo y tortuoso", ha apuntado.

Sin embargo, en ese futuro algunas cosas podrían cambiar, según como se sucedan las negociaciones en Bruselas sobre asuntos como la recapitalización directa de los bancos, posibilidad que ahora no se ha podido aplicar, pero que se podría adoptar "si se aprueba en el futuro".

En cualquier caso, De Guindos ha asegurado que las ayudas a la banca a través del MEDE son medidas de una sola vez y ya han sido financiadas, por lo que no se incluyen en el déficit a efectos de que impongan al país nuevas medidas en el marco del Procedimiento de Déficit Excesivo.

Así, ha avanzado que antes de finales de abril el Gobierno presentará un programa de estabilidad y avanzará el escenario económico sobre el que se basarán las proyecciones presupuestarias, incluyendo "la senda de reducción del déficit". "La voluntad del Gobierno es que esa reducción sea compatible con la sostenibilidad futura de las cuentas públicas y con minimizar el impacto a corto plazo sobre la actividad económica", ha dicho.

Pese a que la solicitud del rescate conlleva dar luz verde a Europa para que controle la situación del sistema financiero español, De Guindos ha vuelto a defender esta opción, porque las condiciones se refieren sólo al sector y porque las condiciones económicas aplicables al rescate son más favorables que las de los mercados internacionales.

Participaciones industriales

Por último, ha explicado que "va a ser difícil" que las entidades financieras españolas y del resto del mundo puedan mantener en el futuro sus carteras de participaciones industriales, porque están "penalizadas" por Basilea III, que "exige unos requisitos de consumo de capital" importante que "llevará a que se desprendan de esas participaciones".

Así, ha defendido que será necesario "crear fondos de capital riesgo y fomentar la entrada de fondos de capital privado" para mantener las inversiones en el sector industrial cuando salga el capital financiero.