La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha recordado este martes que el cuerpo lleva más de 20 años interceptando y rescatando pateras en España, en los que el balance "no puede ser sino positivo" para los miembros del servicio marítimo de la Benemérita, con más de 50.000 personas salvadas en alta mar.

En este sentido, reconocen que se realiza este trabajo "a pesar de que las tripulaciones de este servicio cuentan con un hándicap en su contra", ya que afirman que las patrulleras de las que dispone la Guardia Civil "no son las idóneas" para este tipo de salvamentos porque por sus "especiales" características se hace "muy complicado".

Añaden, en un comunicado, que "es imposible" que con patrulleras con la borda por encima de dos metros del nivel del mar se pueda realizar un rescate "seguro" tanto para los náufragos como para los agentes, de ahí, explican, que el protocolo de actuación "deja claro que corresponde a Salvamento Marítimo realizar este tipo de funciones".

Sin embargo, por las razones que sea, matizan, es la Guardia Civil, y en condiciones "muy difíciles, la que habitualmente es reclamada" para efectuar las labores de rescate cuando se avistan pateras o se producen naufragios.

Al respecto, lamentan el accidente ocurrido el 13 de diciembre a una milla de la isla de Lanzarote, donde una patrullera de la Guardia Civil colisionó con una patera, y que según la AUGC fue una consecuencia de lo que ya se ha indicado, con el "trágico" balance de una muerte y la desaparición de al menos otras seis personas.

En este sentido, inciden en que "no se puede olvidar" de que se trata de seres humanos, "independientemente del color de su piel o su situación social". Por ello, consideran que la sociedad, la opinión pública y las autoridades "no pueden olvidar quien es el verdadero responsable del trágico suceso" e insisten en que "detrás de cada patera que trata de llegar a las costas —de España— no está ni el Servicio Marítimo de la Guardia Civil, ni Salvamento Marítimo, sino mafias organizadas que buscan su beneficio a costa de la explotación de personas que sólo quieren alcanzar su sueño de una vida mejor".

Por ello, señalan que en el caso de la patera del 13 de diciembre es "al patrón de la patera al que debe achacársele la responsabilidad de lo ocurrido", ya que "además de obligar a todos los ocupantes de la misma a no portar ningún tipo de iluminación que hiciera algo más fácil para la patrullera policial su localización, ya de por sí muy dificultosa en el medio náutico durante las horas nocturnas, decide irresponsablemente emprender la huida a sabiendas del enorme riesgo que ello conllevaba para la embarcación y sus ocupantes".