La elección de nuevo director general de la agencia pública empresarial Radio Televisión de Andalucía (RTVA) tras la dimisión anunciada este martes por su actual titular, Pablo Carrasco, exigirá al menos el acuerdo de los dos grupos mayoritarios en el Parlamento andaluz, PP-A y PSOE-A.

Ello es consecuencia de que la ley exige una mayoría cualificada de dos tercios en primera votación o de tres quintos en segunda instancia que sólo pueden lograrse con la unanimidad de la Cámara o el acuerdo de populares y socialistas.

De este modo, no será suficiente reeditar el apoyo de PSOE-A e IULV-CA, que permitió a Carrasco convertirse en director general de la RTVA en noviembre de 2008 con el voto en blanco del PP-A, ya que entonces la suma de escaños de los actuales socios en el Gobierno andaluz si representaban tres quintos del Parlamento.

Según establece el artículo 18 de la Ley de la RTVA, la persona titular de la Dirección General podrá cesar en el cargo, entre otros motivos, por "renuncia expresa notificada fehacientemente al titular de la Presidencia del Consejo de Administración", y una vez producido el cese, el Parlamento deberá elegir a una nuevo director general.

En este sentido, dicho artículo determina que "la persona titular de la Dirección General de la RTVA será elegida por el Pleno del Parlamento andaluz por mayoría de dos tercios y, en el caso de no alcanzarse la citada mayoría en primera votación, será elegida por mayoría de tres quintos". Su nombramiento y cese corresponderá al Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía.