Monseñor Julián Ruiz Martorell ha cumplido esta semana dos años como obispo de Huesca y Jaca. El 5 de marzo de 2011 tuvo lugar su ordenación episcopal, en el transcurso de una ceremonia que se celebró en la Catedral de la capital altoaragonesa, presidida por el Arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña. Al día siguiente, a través de otra celebración en la Catedral de Jaca inició su andadura al frente a la Diócesis jaquesa.

Ruiz Martorell ha manifestado que "la situación en las diócesis de Huesca y Jaca está para estar contentos". Al respecto, ha argumentado que "son un tejido, un entramado de relaciones humanas, integradas por seglares y religiosos, que viven con una actitud de servicio a la iglesia". Ha añadido que "la riqueza de la iglesia son las personas y, en medio de tantas inquietudes, existe una respuesta a los dramas y a las situaciones difíciles que nos encontramos".

Ha lamentado el problema que pastoralmente supone la falta de sacerdotes, ya que "la población rural va desapareciendo". También ha lamentado la disminución de subvenciones por parte de las instituciones para el mantenimiento del patrimonio.

El obispo ha subrayado que "vivimos tiempos difíciles. Las instituciones siempre han sido generosas y. además se contaba con una ayuda por parte del Obispado, de las parroquias y de las poblaciones, pero al fallar las aportaciones institucionales, también las posibilidades de dar solución a los problemas urgentes son menores".

Ha confirmado que, en la actualidad, los seminaristas de Jaca están recibiendo su formación en el seminario de Huesca, donde residen un total de 15 futuros sacerdotes. "Se trata de un proceso formativo ilusionante, porque queremos que nuestros futuros sacerdotes reciban la mejor formación".

También ha hecho referencia Ruiz Martorell a la celebración de la Semana Santa, que tanto en Huesca como en Jaca son "realidades muy dinámicas" y "un alarde de belleza, de devoción y fe".