Venezuela después de la muerte de Hugo Chávez: ¿y ahora quién?

Nicolás Maduro.
Nicolás Maduro.
ATLAS
Nicolás Maduro.

La muerte de Hugo Chávez, incapaz de superar el cáncer que sufría, trunca los planes del nuevo socialismo venezolano, que había conseguido recientemente una prórroga hasta 2019, y deja al país descabezado.

Con el fallecimiento de Chávez, Venezuela se ve abocado a unas nuevas elecciones generales -en un plazo máximo de 30 días- solo seis meses después de las últimas en las que el chavismo se impuso con el 54,4% de los votos a su principal opositor, el partido de Henrique Capriles, que obtuvo el 44% de los votos.

Los anteriores comicios confirmaron la fractura de este país de 29 millones de habitantes  en dos mitades irreconciliables. Las principales incógnitas ahora son el futuro del chavismo sin Chávez y la capacidad de Capriles de superarse a sí mismo.

Del lado chavista, el vicepresidente de Nicolás Maduro recibió de Hugo Chávez el encargo de continuar la expansión del llamado "socialismo del S. XXI". El sucesor designado deberá sobrevivir al líder, lo que siembra dudas entre muchos analistas. Este exconductor de autobús carece del carisma de Chávez, pero es el hombre más fuerte de la formación a día de hoy. Y ha recibido el encargo de llevar Venezuela hasta el día de la votación.

Solo le hace sombra, aunque igual demasiado alargada, el actual presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, que cuenta al parecer con el apoyo del Ejército y de las grandes empresas.

Maduro, Cabello y Capriles

La baza que puede utilizar Maduro, dicen algunos, es el apoyo de los herederos de Chávez. Las hijas del expresidente pueden tener un papel crucial a la hora de unificar al partido en torno a la figura de Maduro, según analistas consultados por el diario británico The Guardian.

En la oposición se encuentra Henrique Capriles, abogado de 40 años que, pese a su juventud, ha tenido tiempo de ser congresista, alcalde y gobernador estatal. Se impuso hace un año en las elecciones primarias que dieron origen a una alianza de más de 20 partidos —desde el centro derecha a la izquierda socialdemócrata— reunidos en la llamada Mesa de Unidad Democrática (MUD) y consiguió el apoyo del 44% del electorado en octubre.

Capriles edificó su campaña en una batalla personal contra Chávez, encarnando la esperanza de todos los venezolanos que odiaban al comandante, que eran muchos. Según los analistas, queda ver si da la talla sin el enemigo de cuerpo presente. No se descarta, tampoco que puedan aflorar algunos contendientes dentro de su propia formación.

La tarea que herede el gandador de las próximas elecciones no será fácil. Recibirá una economía privada estanca y una economía pública hinchada, así como preocupantes cotas de inseguridad ciudadana. Y en el exterior, todos atentos a lo que ocurre en Venezuela. Las empresas petrolíferas y los países. Tanto EE UU, principal comprador del petróleo venezolano, como los aliados ideológicos de Chávez, China, Rusia, Cuba e Irán.

Pero antes de todo esto toca despedir Hugo Chávez, para lo cual el país ha decretado siete días de luto y ha organizado una despedida oficial para este viernes. Mientras sus seguidores lloran y sus detractores dicen respetar el dolor familiar mientras celebran las posibilidades del cambio, Venezuela se pregunta, ¿después de Chávez, quién?

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