'Héroes, superhéroes y ganas de vomitar', arte que se regodea con la imperfección humana

  • El almeriense Yani Alonso expone en Madrid pinturas, esculturas y objetos sobre el descreimiento hacia nuestra especie.
  • Imagina a los superhéroes cansados de luchar a favor de los mortales y decididos a desperdiciar sus poderes en una existencia hedonista y contemplativa.
  • El artista también se refiere en su obra a la desmitificación de los ideales infantiles y al reconocimiento de los héroes anónimos.
'Wonder Woman', una de las obras de Yani Alonso que se exhiben en 'Héroes, superhéroes y ganas de vomitar'
'Wonder Woman', una de las obras de Yani Alonso que se exhiben en 'Héroes, superhéroes y ganas de vomitar'
Yani Alonso - Twin Gallery, Madrid
'Wonder Woman', una de las obras de Yani Alonso que se exhiben en 'Héroes, superhéroes y ganas de vomitar'

Sus obras coloristas y sórdidas combinan lo vulgar con lo exótico y se regodean con la imperfección del ser humano. Yani Alonso (Almería, 1974) imagina a hombres y mujeres rechonchos, poco agraciados y grotescos: "por un lado retrato a personajes horribles, porque somos una especie horrible, pero por otro lado esos personajes decadentes y anacrónicos son bellos y los quiero".

Héroes, superhéroes y ganas de vomitar, en la Twin Gallery de Madrid del 5 de abril al 3 de mayo, es la primera exposición monográfica del artista, que se acerca a la figura del superhéroe, del ideal al que aspiramos, para imaginarlo "harto de nosotros, hastiado de luchar por nuestros derechos". En uno de sus trabajos representa a Superman en calzoncillos y ocioso, desperdiciando los superpoderes con una existencia "contemplativa y hedonista", quizá con la esperanza de que "veamos reflejados nuestros propios defectos.

Con pinturas, objetos y obras escultóricas el autor sigue desarrollando Game Over un proyecto artístico que inició hace ocho años y que mezcla su crónico descreimiento hacia la raza humana con una reflexión sobre el desarrollo de nuestras creencias personales.

"¿Cómo no vas a amar a la Coca-Cola?"

Alonso sostiene que desde niños recibimos influencias intencionadas y también subliminales de nuestro entorno y de mayores descubrimos que somos "parte de ese juego". Como ejemplo claro propone la irrupción de las marcas en nuestros recuerdos más íntimos: "¿Cómo no vas a amar a la Coca-Cola si está presente en cada fotografía de cumpleaños? ¿Y la Nocilla o el Nesquik?".

Game Over se centra en el momento en que descubrimos que "las cosas que amabas son una basura", que "las multinacionales arrasan el planeta" y sin embargo "dentro de ti hay una parte que las sigue queriendo". Las "ganas de vomitar" son una consecuencia "natural" de esa situación.

Entre el pesimismo de los ideales corrompidos también hay espacio para el reconocimiento de los héroes, a los que define como "las personas que intentan vivir dignamente dentro de su realidad cotidiana", atrapadas en dificultades y problemas que no se ven capaces de superar. En esa línea de pensamiento está la obra Wonder Woman, una mujer joven con dos hijos pequeños: el artista imagina la historia de la chica del extrarradio, abandonada por su marido y con un hijo superdotado "que se declara vegano". Pese a las dificultades, Alonso recalca que ella da "lo mejor de sí misma" en "tiempos difíciles, tiempos de héroes y heroínas".

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