El enoturismo y los viajes a mundos muy sensuales

  • Esta novedosa actividad no se ha consolidado aún en España para empleo y disfrute.
  • La iniciativa de muchas empresas lo destaca como incipiente fuente de ingresos.
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Paisaje de la Ciudad del Vino de Marqués de Riscal.
Paisaje de la Ciudad del Vino de Marqués de Riscal.
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Paisaje de la Ciudad del Vino de Marqués de Riscal.

Alrededor de las industria vinícola se han creado en los últimos años infraestructuras dirigidas a potenciar las posibilidades turísticas de la uva: el contacto con la naturaleza, con los viñedos, con la gastronomía, la cultura del vino, el arte y también el cuidado del cuerpo. Hoy, un amante del vino, convertido en enoturista,  puede recorrer España de norte a sur y de este a oeste sin casi salirse de las rutas vitivinícolas del país.

En todas las zonas vinícolas hay bodegueros que han conjugado la producción con las posibilidades de  la explotación turística de sus viñedos. La mayoría organizan visitas guiadas  para enseñar el proceso de elaboración, catar algún caldo y recorrer las instalaciones,  como hace González Byass en las bodegas Tío Pepe de Jerez , uno de los primeros ejemplos de enoturismo en Europa (240.000 visitas al año). Bodegas Torres, en el Penedés, recibe unas 100.000 visitas. Son las bodegas más reconocidas fuera de España.

En la Ribera del DueroProtos, construida por el arquitecto Richard Rogers y enclavada  a los pies del Castillo de Peñafiel (Valladolid), convertido en museo del vino, también se abre al turismo, de momento con visitas guiadas y catas, que maridan a la perfección con el segundo atractivo  de toda la comarca: una gastronomía basada en los productos tradicionales.

Otro museo muy visitado (150.000 personas al año) es el de la Cultura del Vino, de las bodegas Dinastía Vivanco, en Briones (La Rioja), Bodega del Año según la Guía Gourmets 2013.

Otros vinateros han ampliado el reclamo  a actividades más variadas, como la vendimia (en septiembre), aprender a beber, clases de cocina, paseos a pie, en bici, a caballo o en globo por los viñedos; y también los más sofisticados tratamientos de belleza y relax , basados en la vinoterapia. Por ejemplo, la bodega Arzuaga tiene en su hotel-spa paquetes de fin de semana para los decididos a probar las bondades del vino en la piel. También lo hace  la hospedería Los Parajes, en Laguardia, el corazón de la Rioja Alavesa. También de Laguardia son las centenarias Bodegas Palacio, que han reconvertido su instalación más antigua (mitad del siglo xix) en hotel, el Cosme Palacio.

Vendimiar, cocinar, catas, pasear, hacer ejercicio y el cuidado del cuerpo es lo que ofrece, en el corazón de la Ribera (Sardón de Duero) Abadía Retuerta, un monasterio del siglo xii, restaurado como exclusivo hotel de 5 estrellas.

Grandes firmas

El filón turístico en que puede convertirse una bodega ha abierto las puertas a una nueva arquitectura y a profesionales de prestigio. El canadiense Frank O. Gehry es el autor de la Ciudad del Vino de Marqués de Riscal. El edificio vanguardista, recubierto de titanio, recibió a más de 60.000 personas el año pasado, que recorrieron las bodegas por 10,25 euros persona. Su hotel, de 5 estrellas, alojó a  turistas con alto poder adquisitivo, en su mayoría extranjeros.

Norman Foster diseñó las nuevas Bodegas Portia, en la Ribera del Duero, una impresionante estrella construida con materiales nobles que emerge de la tierra y está estructurada con hormigón, madera, acero y vidrio.  Se organizan visitas nocturnas, catas, cursos de corte de jamón y un paseo en globo por la Ribera.

En Haro, capital de la Rioja Alta, las bodegas López Heredia Viña Tondonia, las más antiguas de esta población y unas de las tres primeras de La Rioja, constituyen un laberinto de bodegas y naves subterráneas, que forman la 'catedral del vino'. La arquitecta iraní Zaha Hadid construyó la cubierta que protege un stand modernista de 1910 y acoge la tienda y el acceso a las salas de catas. Las visitas son con cita previa.

En 1998, Grant Stein adquirió en Toro (Zamora) el paraje que Estancia Piedra, en los valles del Duero y Guareña. Todos los días ofrece visitas guiadas a la bodega y a los viñedos.

También en Toro, el grupo Matarromera tiene la bodega Cyan, que aplica el modelo chateau francés. Situada en una finca a 12 kilómetros de Zamora, donde fabrica vinos con el método tradicional, organiza enorutas para conocer las cuatro denominaciones de origen regadas por el río Duero (100 euros persona), visitas guiadas  y actividades como vendimia o escapadas.

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