22 de febrero de 2012. Iñaki Urdangarin acudía a declarar como imputado en el caso Nóos con la cabeza alta. Antes de entrar en los juzgados de Palma se acercó a la prensa donde pronunció un discurso previo a su interrogatorio con el que pretendía "demostrar mi inocencia, mi honor y mi actividad profesional", dijo entonces.
23 de febrero de 2013. Un año después de su primera declaración —que se prolongó durante dos días—, el Urdangarin que se ha presentado este sábado en los juzgados presentaba un aspecto distinto: aunque bien vestido, con abrigo largo y oscuro y bufanda, su cara reflejaba el cansancio y el paso de un año en el que su exsocio en Nóos, Diego Torres, le ha puesto contra las cuerdas revelando supuestos correos que vinculan al rey, a Corinna —amiga del monarca—, a la infanta y a su secretario, Carlos García Revenga, con el Instituto Nóos.
Enjuto, con más arrugas y con el semblante más serio que la vez pasada, el duque de Palma también ha recorrido pie los 30 metros de rampa que hay hasta la puerta trasera del edificio judicial.
Sin embargo, no se ha parado a hablar con la prensa como hace un año. Sin detenerse, pronunció un escueto "buenos días" antes de entrar en los juzgados a declarar. Al salir, sentenció a los allí presentes: "Muchas gracias, todo bien".
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