La noche del 14 de febrero, San Valentín, marcó un antes y un después en la sociedad sudafricana. Oscar Pistorius, mito deportivo y héroe de un país marcado por la violencia, asesinó a la modelo Reeva Steenkamp, su novia, con cuatro disparos. Una larga semana de vista previa con varias contradicciones, una defensa férrea y un investigador discutido acabaron con la puesta en libertad del atleta paralímpico, hecho que no implica su inocencia.

Barry Roux, abogado defensor, hizo que la declaración de Oscar Pistorius, entre lágrimas, fuera más consistente de lo esperado. Un hombre indefenso, con miedo por anteriores amenazas y sin piernas, se enfrenta a un intruso con un trágico final. Él estaba "profundamente enamorado" y en ningún momento planeó matar a Reeva, pero la Fiscalía no discute que quisiera matarla sino que entiende que cuatro disparos no se corresponden con un accidente.

Una investigación nefasta, la presión popular por violencia de género y las distintas formas de ver el caso entre el juez y la Fiscalía han marcado el principio de un suceso que empezará a ver luz con el inicio del juicio, el próximo 4 de junio.

La versión de Pistorius: tiene a su favor la consistencia del relato desde que llegaron los agentes de la Policía a su casa de Silver Woods en Pretoria, hasta la decisión del juez de ponerle en libertad. Según él, los hechos sucedieron del siguiente modo: cerca de las 3 de la mañana, Pistorius salió al balcón del dormitorio principal. Escuchó ruido en el baño, por lo que –sin encender la luz ni preguntar a Reeva si había escuchado lo mismo– cogió una pistola y –sin las prótesis–fue hacia el baño gritando al "intruso", quien se había encerrado. Allí disparó en cuatro ocasiones, hasta que al volver al dormitorio se dio cuenta de que Reeva no estaba en la cama. Volvió al baño, usó un bate para romper la puerta, e intentó ayudar a su novia. "Murió en mis brazos", aseguró.

El abogado, la 'estrella' del caso: Barry Roux puso a la Fiscalía y al agente Botha contra las cuerdas. Obligó al investigador a reconocer que había podido contaminar pruebas necesarias en la investigación, y le 'obligó' a admitir que la versión del acusado era coherente. Su constante bombardeo de preguntas llamó la atención del juez en varias ocasiones, quien tuvo que frenar el ímpetu con el que llevó las dudas al tejado de la acusación.

La investigación, en su contra: Según los datos ofrecidos por el jefe de la investigación hasta este jueves, Hilton Botha, Pistorius debió coger la pistola del lado de la cama en el que supuestamente dormía Reeva y llevar las prótesis puestas, ya que los disparos se produjeron de arriba a abajo. El atleta aseguró que no tenía las prótesis, y que por ese motivo se sentía indefenso y "vulnerable".

Además, ofrece el testimonio de los vecinos, que escucharon gritos de dos a tres de la mañana. Sin embargo, tras la presión del abogado, el principal agente del caso admitió que es muy difícil que los gritos se escucharan a 600 metros de distancia.

Hilton Botha: se trata de un agente de la policía que llegó al lugar del crimen a las 4.15 hora local. Llevó a los testigos, pero fue puesto en duda en todo momento por el abogado defensor, quien cuestionó su método lleno de errores. Fue apartado del caso después de que saliera a la luz que tiene pendiente un juicio por intento de asesinato.

El agente encontró cuatro teléfonos móviles, dos en la habitación y dos en el baño, pero no habían sido utilizados "durante meses". Según el paralímpico, había llamado a los servicios de emergencia con uno de esos teléfonos, un dato que no ha podido aclararse debido a un nuevo error de Botha, quien no lo comprobó.

Botha no cubrió sus zapatos, contaminando pruebas, olvidó un casquillo en el baño y no investigó si el acusado realmente tenía una casa en Italia, elemento fundamental para conocer si existía riesgo de fuga.

Dudas sobre los hechos: la Fiscalía lo tiene claro, Pistorius quiso matar. "Disparó y mató de forma premeditada a una mujer inocente y desarmada", afirmó el fiscal Gerrie Nel, que en todo momento se opuso a la libertad e insistió en el riesgo de fuga y en el "carácter violento" del deportista. Recordó amenazas del atleta a otras personas con expresiones como: "te voy a romper las piernas". El fiscal Nel se plantea varias preguntas: ¿Por qué no se aseguró de que su novia estaba bien o preguntó si había escuchado lo mismo? ¿Por qué Reeva no gritó? Si hay dos personas, ¿no sería lógico pensar que es la otra quien está en el baño? ¿Alguien dispara y luego mira dónde está su pareja? ¿Un ladrón se encerraría en el baño?

Especulaciones en los medios:  gracias a las filtraciones de la investigación, los medios sudafricanos establecen que Pistorius habría disparado una vez contra Steenkamp, quien herida se habría encerrado en el baño, donde recibió otros tres disparos.

Precedentes violentos: en 2009 fue detenido por golpear con la puerta a una mujer, y recientemente disparó dentro de un bar. Su pasión por las armas y su fama de violento juegan en su contra.

Presión popular: la violencia contra la mujer en Sudáfrica es un tema sensible en los últimos años. Durante toda la semana, decenas de personas de asociaciones en la defensa de la mujer rechazaron su puesta en libertad.

El juez: Desmond Nair ha aplazado su decisión hasta en tres ocasiones. Un hombre meticuloso, tardó dos horas en resumir la vista previa este viernes y establecer los motivos por los que da la razón a la defensa ofreciendo la libertad bajo fianza. Su sensación es que Pistorius no puede irse de Sudáfrica porque es conocido mundialmente, sus prótesis necesitan un mantenimiento periódico y pitan en cada aeropuerto.

Fianza: 85.500 euros y numerosas condiciones como entregar pasaporte y armas, no hablar con los testigos, no consumir drogas o alcohol, no acercarse a los aeropuertos y notificar cada movimiento a la policía. Estas condiciones impuestas por el juez tras discutirlo con ambas partes no implican que considere que Pistorius mató a Reeva de forma accidental, sino que podrá esperar la decisión final fuera de la cárcel.

Juicio: se celebrará a partir del 4 de junio ante un juez, ya que los jurados populares quedaron prohibidos en Sudáfrica. Se espera que dure entre cuatro y seis meses.