Francia da luz verde al matrimonio homosexual

  • Los diputados franceses han aprobado la ley, que entrará en vigor en dos meses.
  • Ha recibido el apoyo de 329 diputados. 229 votaron en contra y 10 se abstuvieron.
  • La ley ha provocado un intenso debate político y social en el país.
Manifestación en apoyo al matrimonio y la adopción entre personas del mismo sexo en París el pasado 27 de enero de 2013.
Manifestación en apoyo al matrimonio y la adopción entre personas del mismo sexo en París el pasado 27 de enero de 2013.
GTRES
Manifestación en apoyo al matrimonio y la adopción entre personas del mismo sexo en París el pasado 27 de enero de 2013.

La ley del matrimonio entre personas del mismo sexo entrará en vigor en Francia dentro de dos meses tras su aprobación, este martes, por parte de los diputados franceses.

El texto, que deberá ser examinado por el Senado, ha recibido el apoyo mayoritario de los grupos de izquierda, con 329 votos a favor, 229 en contra, principalmente de la derecha, y diez abstenciones, y supone la primera gran reforma social del Gobierno socialista.

La probación de la ley ha llegado tras 110 horas de maratón parlamentario, que comenzó el pasado día 30 de enero. En total, se han estudiado cerca de 5.000 enmiendas al texto que, finalmente, ha mantenido la esencia del proyecto gubernamental que autoriza a los homosexuales tanto a casarse como a adoptar hijos.

Ahora, el Senado deberá debatir nuevamente el texto a partir del próximo 2 de abril. No obstante, parece que con la mayoría de la izquierda en la cámara alta será suficiente para legalizar las bodas homosexual y garantizar el cumplimiento de una de las promesas electorales del presidente Françoise Hollande.

Por su parte, dentro de la oposición conservadora se han levantado algunas voces discordantes. Entre ellas, el exministro sarkozysta Benoist Apparu que votó a favor, al igual que el diputado Frank Riester, cabeza visible de la defensa de los derechos de los homosexuales en la derechista UMP. Además, Nathalie Kosciusko-Morizet, portavoz electoral de Nicolas Sarkozy en las pasadas presidenciales, y Bruno Le Maire, responsable del programa en esos comicios, se abstuvieron en la votación porque, aunque reconocieron apoyar el matrimonio gay, están en desacuerdo con el derecho de adopción.

En cuanto a los centristas, la mayoría votó en contra del texto, aunque dos antiguos miembros del Gobierno de Sarkozy, el exnúmero dos del Ejecutivo, Jean-Louis Borloo, e Yves Jégo,  rompieron esa tendencia posicionándose a favor.

Por parte de la izquierda también hubo algunas discrepancias con la línea oficial, como la del diputado Jérôme Lambert, sobrino nieto del expresidente socialista François Mitterrand. Además, los diputados socialistas de las circunscripciones ultramarinas, muy marcados por la religión, se ausentaron o votaron en contra de la ley.

Pese a todo, la votación de esta ley parece haber puesto fin a un intenso debate político, del que los conservadores hicieron su punta de lanza contra el Gobierno socialista. No obstante, no han podido evitar que las parejas del mismo sexo tengan la posibilidad de casarse con las mismas condiciones que los heterosexuales, ni que puedan adoptar, aunque el Gobierno optó, finalmente, por no reconocer a las parejas de lesbianas el derecho a acudir a la inseminación artificial.

Sin embargo, el debate podría centrarse ahora en la calle, donde los conservadores han convocado una segunda manifestación para el próximo 24 de marzo. En ella, esperan superar la del pasado 13 de enero, cuando aseguran haber reunido en París a un millón de personas, una cifra que se aleja mucho de las 340.000 que dio la policía.

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