Con un método tradicional. A la vieja usanza. Como si de una película clásica se tratara, un preso peligroso de la cárcel de Valdemoro planeó fugarse con una cuerda hecha con sábanas trenzadas.

Había hecho tres rollos (ver foto), que unidos miden 70 metros. El plan de fuga fue abortado el pasado 4 de febrero en un cacheo habitual en las celdas. Las sábanas no fueron halladas en la celda del recluso que quería escaparse, sino en la de un compañero que le delató cuando los funcionarios encontraron los tres rollos.

La cuerda es todo un trabajo de artesanía, declaran fuentes penitenciarias. "Lleva mucho tiempo y mucho trabajo hacerlo". El sindicato Acaip ha denunciado que los trabajadores del centro ya habían notado la falta de sábanas desde el mes de octubre de 2012 y así se lo habían indicado por escrito a la dirección.

¿Cómo se hizo el recluso con tantas sábanas? "Ha pasado por muchos módulos de la prisión, donde consiguió robar y que le dejaran sábanas", explican las mismas fuentes. Un mes antes de descubrir los tres rollos, los funcionarios de Valdemoro ya habían encontrado al mismo preso un teléfono móvil, unos ganchos de hierro y unas bridas, el resto de herramientas que le hacían falta para fugarse.

El preso, de nacionalidad boliviana, está en prisión por dos agresiones sexuales. Tiene 35 años y es de complexión fuerte, por eso rompió los dedos de la mano a un funcionario mientras era trasladado a una celda de aislamiento. El trabajador ha tenido que ser operado.

Los funcionarios más veteranos de la prisión de Valdemoro recuerdan hasta tres intentos en los que presos llegaron a saltar los muros de la cárcel, de siete metros de altura. Ninguno lo consiguió y todos terminaron con brazos o piernas rotos.

Sin embargo, entre enero y octubre de 2012, según Acaip, 40 internos se fugaron simplemente saliendo a pie por la puerta principal. Aprovechando todos un permiso penitenciario. Tan sólo trece han sido capturados, el resto sigue en busca y captura. Excepto uno de ellos, que murió atropellado en la M-50, a la altura de la Cañada Real.

En julio de 2012, otro preso de la cárcel de Alhaurín de la Torre (Málaga) intentó fugarse también con una cuerda hecha con sábanas.