La nueva crecida que sufre el Ebro estos días, tras las últimas lluvias, está pasando por el municipio zaragozano de Boquiñeni, que está pendiente de una mota que protege a la localidad y tiene filtraciones, si bien esperan que aguante la avenida.

El alcalde, Miguel Ángel Sanjuán, ha explicado a Europa Press que "la gente está tranquila" y los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) están vigilando sobre el terreno la evolución del río y de la mota.

Al respecto, ha comentado que, en esta ocasión, el río atraviesa la zona "con un metro menos" de altura respecto al pasado 22 de enero, lo que "da mucha menos presión al río". En esa fecha, se activó el dispositivo de evacuación de la localidad, aunque finalmente no fue preciso efectuarla, "por si la mota no aguantaba".

Sanjuán ha señalado que, por ahora, no se ha podido reparar esta protección ya que "llevamos 25 días con agua", si bien ha asegurado que esta será la primera intervención que realizará la CHE una vez se haya recuperado la normalidad y se pueda intervenir.

Por otra parte, ha apuntado que si bien está pasando la punta más elevada de esta avenida, con entre 6,3 y 6,4 metros de altura, y "parece que va hacia abajo", las previsiones son "de crestas que suben y bajan".

Respecto a las afecciones materiales, ha manifestado que hay afectadas unas 400 hectáreas de cultivos, donde "se van a perder las cosechas".

El alcalde de Boquiñeni ha resaltado la "importante labor" que está realizando la CHE "para laminar" los ríos de la cuenca y reducir el caudal, para estimar que "hay que limpiar" el Ebro en zonas "puntuales", "protegiendo a la naturaleza" porque la situación actual "está causando daños al casco urbano" y "primero somos los ribereños y luego la naturaleza", ha sentenciado.

NOVILLAS

El alcalde de Novillas, José Ayesa, ha explicado que esta madrugada ha pasado la punta de la crecida por el municipio, el primero ribereño al Ebro en Aragón, y "ahora está menguando lentamente", para subrayar que la jornada está transcurriendo "bien".

Según ha expuesto a Europa Press, el río ha llegado a alcanzar los 6,45 metros de altura y los campos anegados suman unas mil hectáreas de alfalfa, trigo, coliflor y guisante, respecto a cuya recuperación hay "pocas esperanzas" porque llevan "casi un mes debajo del agua".

Asimismo, ha comentado que están deseando que "se vaya el agua" para arreglar los destrozos en los campos "y quitar el riesgo", pero, de momento, "está todo mojado" y hay que "estar al tanto" porque, "debido a tanta humedad, tememos que alguna de las motas se derrumbe". Ayesa ha precisado que cuentan con la colaboración de Protección Civil.