Ante la ley del más fuerte

Canis Canem Edit es el juego anteriormente conocido como Bully, un título centrado en el acoso escolar que consiguió que todo el mundo hablase de él sin haberlo visto.

Sus creadores, la gente de Rockstar, son los mismos que en su día hicieron el polémico Grand Theft Auto, y no hay duda de que saben cómo desarrollar títulos controvertidos a la vez que originales.

La historia se centra en Jimmy, un problemático adolescente que llega nuevo a un internado. Allí deberá hacerse respetar usando todas las técnicas a su alcance para no acabar siendo la víctima.

Aunque el argumento está planteado desde la defensa, el protagonista tendrá que hacer lo necesario para sobrevivir, incluyendo la extorsión o el soborno.

Mediar entre los alumnos macarras y los empollones puede ser otra de las tareas, sabiendo en cada momento qué se puede obtener de cada uno.

Pese a que el juego retrata situaciones que no son ninguna novedad en el cine, no ha estado exento de debate.

Canis Canem revolucionó algunos sectores de la sociedad americana porque, al igual que el protagonista puede ‘ligar’ con chicas, también puede hacerlo con chicos. Depende del jugador hacerlo o no, ya que tiene libertad de movimiento y de acción.

Para trepar en el escalafón social de la escuela, la mayor parte del tiempo el protagonista tendrá que ser más estratega que ejecutante.

Si a ello le sumamos que el humor es otro de los protagonistas, el resultado es un título gamberro, una parodia de las relaciones sociales entre adolescentes que, por supuesto, no debería ser tomada como algo más que un videojuego.

Expertos en demandas

No es la primera vez que los autores de Canis Canem Edit se acercan a los contenidos polémicos.

Varios de sus superventas, entre los que destacan las entregas de Grand Theft Auto San Andreas (abajo) y Vice City, han tenido que enfrentarse a juicios de todo tipo.

Acusados de fomentar asesinatos o de contener escenas sexuales que no especificaban en la caja, estos títulos no han hecho más que multiplicar sus ventas con la polémica.

Estas situaciones reiteran la importancia de la correcta catalogación por edades, algo a lo que se atienen todos los fabricantes y que debe servir para conocer con precisión en qué edades no está recomendado un videojuego.