Son 24 los artistas que han gozado de esa posibilidad que muchos creyeron imposible: reinterpretar una obra del Prado y exponerla en El Museo del Prado y los artistas contemporáneos. Este martes 5 de febrero abre sus puertas en la barcelonesa Fundación Godia.

"Fue una maravilla", nos dice Ouka Leele que es una de las privilegiadas que han participado, "era un sueño que tenía desde niña y que creía imposible". Los artistas, entre los que figuran García Rodero, Gordillo, Barceló y Chillida, han podido además elegir el medio siempre y cuando fuera gráfico, y Leele, como era de esperar, se decantó por su fuerte: la fotografía. Su intención, nos dice, era que en Las Meninas pareciera que una de ellas se escapa del cuadro y por ello usó a una bailarina. La otra, impresionante también, consiste en una performance delante de El juicio de Paris de Rubens.

Nos cuenta la artista, Premio Nacional de Fotografía, que el día que hizo las fotos se quedó un bedel que tenía el día libre. "Nos dijo que era lo más bonito que había visto. Y lloraba, bueno, en realidad llorábamos todos de emoción", confiesa Leele. "Es que era algo precioso, estar allí, en el Prado... Un sueño que pensé imposible. Desde niña había querido hacer algo así".

Comisariada la muestra (abierta hasta el 13 de mayo) por Calvo Serraller, catedrático de Historia del Arte, la exhibición ha querido que no faltara la diversidad de estilos y técnicas vivas en la actualidad, de ahí la diferencia de artistas (y edades) que se reúnen en la impactante exhibición.

Una idea que tiene su origen en dos ciclos de conferencias de la Fundación de Amigos del Museo del Prado en 1991 y 2007. El primero estaba compuesto por artistas masculinos; el segundo, por féminas. La petición en ambas ocasiones fue la misma: hacer cuatro obras gráficas de igual tamaño inspiradas en el museo del Prado. Bien podía venir la musa de algún recuerdo lejano o cercano o bien de una visita expresamente en busca de la escurridiza diosa de las artes.

Esta exposición une ambas ideas y obras con el fin de demostrar lo que el comisario afirmaba en la presentación: "La inexistencia de fronteras entre el ayer y el hoy" y que "los buenos artistas no solo aman y buscan las mismas cosas sino que además se entienden entre sí porque utilizan un mismo lenguaje".

Curiosa la observación si se hace desde el género. Ellos, parecen decantarse por una interpretación abstracta de los clásicos, mientras que ellas emplean un lenguaje más realista, y en ocasiones más atrevido. Son clásicos, nombres inmensos, como Goya y Velázquez, que han sido los más empleados como fuente de inspiración, pero ha habido quien no ha temido dar un paso más allá (Leele es un claro ejemplo con sus performances delante de Velázquez y Rubens). La obra que más han reinterpretado nuestros contemporáneos ha sido Las meninas.

De todo verá el visitante: desde una interpretación libre del arte del pasado a través del lenguaje más personal posible como el de Antonio Saura, Eduardo Chillida, Eduardo Arroyo y Manuel Rivera hasta reinterpretaciones más fieles o evidentes como las de las obras de Andreu Alfaro, de Albert Ràfols-Casamada, y de Ramón Gaya.

Y la más atrevida, como ya mencionábamos antes, seguramente haya sido Ouka Leele, que recurrió a Velázquez y Rubens para hacer unas impactantes performances. Danza, música, pintura, fotografía..., todo cabe en el universo Leele, incluso cuando mora a los grandes clásicos.