Solo el 3% de los hombres renuncia a nuevas metas laborales por su familia frente al 34% de las mujeres, según estudio

La conciliación de la vida familiar y laboral sigue siendo una asignatura pendiente para los andaluces, pero sobre todo, para las andaluzas. Una prueba de ello es que solo el 3,1 por ciento de los hombres ha renunciado en alguna ocasión a nuevas metas laborales como ascensos por poder seguir dedicando tiempo a su familia frente al 33,8 por ciento de las mujeres, según demuestra el estudio 'Diversidad familiar y estrategias de conciliación en Andalucía', realizado por la Universidad de Sevilla (US) en colaboración con el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM).

Es decir, que, entre las estrategias que las familias adoptan para compatibilizar el cuidado de los hijos y la casa con su empleo, sigue predominando el patrón tradicional, siendo esta diferencia entre hombres y mujeres más significativa entre las parejas heterosexuales inmigrantes, donde el 55,2 por ciento de ellas ha renunciado a metas profesionales frente al 3,4 por ciento de ellos.

Las madres solas con hijos, también objeto de este estudio junto con parejas homosexuales, también han renunciado a un mejor puesto de trabajo en un 36,6 por ciento de casos, mientras que las familias integradas por dos personas del mismo sexo esta diferencia disminuye de forma importante, siendo la diferencia entre la pareja de poco más de diez puntos (un 17,2 frente al 6,9 por ciento).

El citado estudio —hecho a 164 familias con hijos de entre 1 y 12 años y con ambos miembros de la pareja trabajando fuera de casa—, cree que la causa de que sea mayoritariamente la mujer la que sigue renunciando a sus expectativas profesionales se debe a que, pese a que las mujeres han "masculinizado sus patrones de trabajo", esto no ha tenido como consecuencia "ni que los hombres hayan feminizado sus patrones de cuidado" familiar.

Así pues, nos encontramos con que, pese a que se aprecia "un cambio con respecto a los patrones de reparto tradicional de roles" en las familias andaluzas en los últimos años, "los esfuerzos de conciliación son desiguales entre los dos miembros de la pareja, siendo las mujeres las que hacen adaptaciones en su dedicación laboral, las que están más implicadas en el cuidado de los hijos y en la atención a las tareas doméstica y quienes, para hacer frente a lo anterior, renuncian en gran medida a su tiempo personal".

Más ejemplos

Esta conclusión generalizada se apoya en datos como que las mujeres hacen tres veces más cosas relacionadas con las situaciones de cuidado de la vida diaria en familia, tales como ocuparse de las tareas escolares o actividades extraescolares (91,6% frente a 47,4 de los hombres de media, con diferencias más notables entre las parejas inmigrantes). Es más, hasta cuando los hombres colaboran en casa, se aprecia un reparto de tareas que siguen los roles tradicionales, de manera que las mujeres realizan prácticamente todas las tareas en porcentajes que exceden el 85 por ciento "salvo en tirar la basura (a lo que se dedica el 72% de los hombres) y en efectuar pequeños arreglos caseros (51,2%)".

Esto no solo repercute en el nivel de realización personal de las mujeres sino, en lo que es más importante, su nivel de "satisfacción vital", un elemento que incluye este estudio por primera vez entre los realizados en la comunidad autónoma hasta la fecha. Este índice analiza la relación entre la percepción de dificultades en la conciliación de la vida laboral y familiar y su satisfacción general en la vida. Según este informe, el nivel de satisfacción vital puede variar hasta en un 50 por ciento por la influencia de una conciliación exitosa o no, de manera que las mujeres que consideraban "que el reparto de tareas en su hogar era equitativo sentían más satisfacción con su vida".

Se exige más flexibilidad a las empresas

Aunque este grado de satisfacción vital depende en mayor medida del ámbito personal y familiar, también contribuye a una mejor percepción el hecho de poder contar con recursos públicos y medidas de conciliación en las empresas en las que se trabaja, aspecto éste en el que también profundiza este estudio.

Los resultados encontrados indican que la mayoría de empresas permiten a sus trabajadores poder pedir días libres para atender a situaciones familiares sobrevenidas, para la lactancia o incluso flexibilizar las horas de trabajo diarias o semanales, pero medidas como el teletrabajo o una ayuda económica para gastos familias, no son posible en más de un 40 por ciento de los casos, lo que dificulta la conciliación real.

Asimismo, pese al uso generalizado (más por parte de las madres solas) de recursos públicos como el aula matinal, comedor o actividades extraescolares y el avance en esta materia en la comunidad tras los distintos decretos y leyes para la igualdad efectiva de hombres y mujeres, uno de los principales escollos que impiden una conciliación real y efectiva es, según este estudio, la escasa baja de maternidad y de paternidad vigente en nuestro país.

Así, mientras en Estocolmo —ciudad con la que se compara a Andalucía en este estudio junto con Malopolska (Polonia) al estar integrado en un programa europeo sobre diversidad familiar—, se ha desarrollado "una baja paternal generosa y flexible" que permite a los progenitores gozar de hasta 16 meses de baja parental (2 meses para cada uno de forma intransferible y los 12 restantes a distribuirlos como quieran), la baja maternal en España es de 16 semanas y la paternal de 15 días.

Es por ello por lo que las investigadoras responsables de este estudio recomiendan a las instituciones la ampliación y apoyo de la excedencia por paternidad. "Consideramos fundamental que se amplíe, siendo la ampliación más razonable y beneficiosa aquella que llegara a igualar la excedencia por maternidad pero reconociendo que, si lo anterior no es posible, debería ser al menos de un mes de duración", concluye.

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