Nació "demasiado cerca de lo imposible", en un barrio popular del centro de Nápoles, donde de niño jugó al fútbol en la calle "casi esquivando los cadáveres de la noche anterior", en una ciudad cuya relación con el resto de Italia es, según él, similar a la que hay entre Cataluña y Extremadura.

A los veintipocos –nació en 1984– dejó Italia y se fue a vivir a Madrid, aunque a él le gusta decir que se fue a vivir a Lavapiés, donde escribió su primera novela, La infancia de las cosas, publicada en su país en 2009 y por la que recibió el premio Giuseppe Giusti.

En escribir teatro y en publicar dos novelas más (ahora está escribiendo la cuarta), puede haber influido su formación en letras. Sin embargo, a este autor cuya primera obra fue definida por la crítica como 'realismo napo-latino' (sus referentes son Lezama Lima, Reinaldo Arenas, Juan Rulfo y Roberto Bolaño), no le satisface ser considerado un escritor: "No me complace del todo. A veces hay que decir las palabras y mi decir es un decir musical". Para el teatro ha escrito Sciore Arancia y Hielo, ambas representadas, y Nudo Teatro de Madrid llevará a escena El árbol, su última pieza.

Fue en Barcelona, donde reside desde hace cuatro años –aunque él prefiere decir que vive en el Raval–, donde su otra faceta, la de compositor y cantante empezó a cuajar. Sus primeros pasos los había dado en discos de participación italiana, pero su primer EP, producido por integrantes del mítico grupo de origen napolitano Nuova Compagnia di Canto Popolare (NCCP), fue Autorretrato de ciudad invisible (2010), centrado en Barcelona. Un trabajo que incluía canciones en castellano, el Paraules d'amor de Serrat y un fado fantasma.

A esa continuidad en la música como creador y como intérprete contribuyó un reencuentro con su padre, músico profesional en Italia, momento a partir del cual Arena asegura ser más consciente de lo que quiere hacer. Así, tras su primer trabajo, su actividad en ese campo fue a más, colaborando con su hermano Giancarlo Arena en La casa vacía y lanzando a la Red el single Pasos de cebra. Ya en 2011 participó como intérprete junto a la jazz singer catalana Judit Neddermann en Tot aquest silenci, tercer disco de la pianista Clara Peya.

El disco que ahora está intentando financiar mediante crowdfunding, Bestiari(o) Familiar(e), aúna más si cabe sus dos ocupaciones principales, la música y las letras, ya que para este joven que ha sido bautizado como 'canta/escritor', "ninguna familia puede escapar de su literatura". El CD recogerá canciones en castellano y catalán en su primera parte y en italiano y en napolitano en la segunda. Sus financiadores recibirán una recopilación de relatos cuyo tema será la transfiguración de su familia. "Es un bestiario que en vez de animales reúne objetos y cada uno representa a un familiar: el caballo que me regaló mi padre, un He Man al que le faltaba una pierna como a mi abuelo, mi favorito...".

En su vocación literaria pudo influir el "profundo matriarcado" en el que se crió, "con esa gran fuerza oral", algo que desde niño se plasmó en largas cartas que escribía a su madre, que vivía en Barcelona. Considera que sus opiniones, sentenciosas y contundentes, lo representan, y que de alguna forma hacen que esté donde está –en un cierto margen underground, un ambiente donde no tiene muchos amigos porque no quiere que eso se convierta en una caricatura–, que es donde le gusta estar. "Quizá en el futuro sea posible salir adelante. Aquí en Barcelona es más fácil que en Italia, donde tampoco sería famoso, pero tendría menos libertad".