El humorista Millán Salcedo (Brazatortas, Ciudad Real) se ha pasado media vida con la etiqueta de 'Martes y trece' a sus espaldas, primero formando trío y más tarde dúo con José María Yuste, y aunque se ha reinventado en solitario, aún —dice— sigue existiendo "una manía por querernos enfrentar".

En una entrevista con La hora de Luján, el programa de radio que dirige y presenta Luján Argüelles, el cómico manchego ha repasado su trayectoria, sus momentos de éxito, el famoso episodio de la "empanadilla de Móstoles", las noches de Fin de Año y los momentos más duros, cuando dijo basta a Martes y trece.

Millán Salcedo reconoce estar muy centrado en su espectáculo De verden cuando, en el Teatro La Latina de Madrid, y asegura que quiere seguir "siendo actor" y divertirse sobre el escenario; "o me divierto o no lo hago", subraya.

A sus 57 años y con "más de cuarenta de profesión", lo que no pierde es el sentido del humor, y precisa que mientras que el número de su edad aparezca en el cartón del bingo "sigo vivo. Hasta noventa...".

A su juicio, el espectáculo que representa actualmente, De verden cuando, es "como una catarsis" y recuerda el día en que decidió inventarse "como terapia" un monólogo en el que espanta "muchos fantasmas del pasado".

"En el humor está todo inventado", según Millán Salcedo, quien se muestra convencido de que "ejercer de gracioso oficial las 24 horas del día pasa factura: yo lo hacía días enteros, incluidas madrugadas".

Señala que Martes y Trece para él "era todo" y que se pasaba todo el día "pensando y dándole vueltas a la cabeza", lo que llevó a que "todo el mundo" le demandase "ser el más gracioso", algo en lo que se equivocó "y un día me llegó esa factura, por lo cual no quise seguir".

El humorista asegura que no se plantea volver a la televisión porque a estas alturas de su vida lo que quiere es "estar encima de un escenario", e ironiza cuando se le pregunta por su relación con Josema Yuste al señalar que "hay una manía por querernos enfrentar".

"Aquel pasado fue una maravilla", asegura Salcedo, quien lamenta que la gente quiera "ver más allá", y digan: "¡están forrados¡"; "¡se llevan fatal!"; "¡estaban liados!"."Eso es lo que vende, pues no, porque Josema no es mi tipo y creo que tampoco soy el de Josema".

Millán Salcedo explica que fue él quien cortó Martes y trece y subraya que después les han seguido ofreciendo trabajar juntos, la última vez este Fin de Año, algo que "no correspondía; ya he explicado que nosotros no tenemos 'feeling' en un escenario".

Sobre los personajes imitados recuerda que en aquellos tiempos "imitar a ciertas personas era imposible", y pone el ejemplo de Encarna Sánchez, quien "intentó por todos los medios casi echarnos de España. Era tan ególatra que se imitara a Isabel Pantoja le daba igual".