Zinedine Zidane, es, junto con Figo, el deportista más espartano y sin tacha del complicado mundo erótico sentimental de de los futbolistas.
Buen padre, buen esposo, unido desde 19 años a Veronique López, una hija de almerienses discreta y atractiva que no concede entrevistas a la prensa del corazón, Zidane era, a ojos de la opinión pública, un mirlo blanco. Veronique y Zidane son padres de cuatro hijos, Enzo, Luca, Théo y Elyas.
Los trabajadores del Real Madrid dan fe de haberlo visto en más de una ocasión dando el biberón a alguno de sus cuatro hijos tras los entrenamientos.
Poco amigo de los cumpleaños y las fiestas que organizaban sus compañeros del equipo merengue, llevaba una vida austera y familiar durante los años que estuvo residiendo en Madrid.
Ahora que ya no es merengue su fama de beato se ha visto ensombrecida no sólo por el famoso cabezazo a Materazzi, sino también por las fotos publicadas en la revista Voici, en las que se le ve junto a una paisana argelina, nada más y nada menos que la cantante Nadiya, una auténtica celebridad en Francia.
Nadiya, de 33 años, atractiva morena, hija de emigrantes como el propio Zidane, fue fotografiada por los paparazzi entrando en un edificio escasos minutos antes de que lo hiciera Zidane.
El problema es que Nadiya reside en el mencionado bloque. Una casualidad, si lo es, funesta pra ambos. Nadiya ha negado que entre Zidane y ella exista romance alguno. Su único encuentro con el deportista retirado, señala, fue el que mantuvieron durante una gala benéfica, donde les hicieron fotos juntos.
El escándalo suscitado tras la publicación de las imágenes ha dado lugar a un auténtico debate nacional en Francia sobre el derecho a la intromisión en la vida privada de los personajes públicos.
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