"Les habla el comandante. En los próximos minutos aterrizaremos en el aeropuerto internacional Ozzy Osbourne, en Birmingham. El clima es tormentoso".

Hoy por hoy sonaría casi a broma, pero tan curiosa comunicación a bordo de un avión podría hacerse realidad en un futuro: el concejal de la ciudad inglesa Philip Parkin ha declarado que la propuesta —trasladada al Ayuntamiento de la localidad desde la casa discográfica Big Music Bear— le parece "interesante", según ha recogido el diario local Birmingham Mail.

La idea parte del objetivo de potenciar el turismo, apoyándose en algunos de los nombres que han contribuido a popularizar el nombre de la ciudad más allá de las fronteras británicas. Y para ello, nada mejor que aprovechar el tirón de la más famosa banda de rock surgida en Birmingham: Black Sabbath.

La noticia coincide, además, con el esperadísimo regreso de la banda a la actualidad musical. Después de más de tres décadas sin el carismático líder de la banda, Ozzy Osbourne, al frente (su último disco juntos, Never say die!, data de 1978), Black Sabbath editará en junio de este año el álbum 13, cuya producción correrá a cargo del célebre Rick Rubin.

De hacerse realidad, el de Black Sabbath sería el último de los muchos homenajes recibidos por músicos en activo desde la esfera institucional. En España, son conocidos los casos de Rosendo y AC/DC, que cuentan con sendas calles en la localidad madrileña de Leganés, o el de los navarros Barricada en Ansoáin. Quien fuese líder de The Clash Joe Strummer estaría orgulloso de ver cómo una de sus ciudades preferidas —y en la que pasó varias temporadas— le rinde ahora un sentido homenaje. La pasada semana el Ayuntamiento de Granada acordó dedicarle una plaza al líder de la banda británica de punk. Estará situada en el barrio del Realejo.

En el extranjero es aún más habitual: Elton John tiene una calle en Londres , y la colombiana Shakira una estatua en su localidad natal, Barranquilla. Aunque quizá el caso más llamativo sea el de la ciudad de Forney, en Texas (EE UU), que acaba de poner el nombre de Justin Bieber a una calle. Claro que la responsable de la decisión fue una niña de 11 años a la que se le permitió ser alcalde por un día.