Un escuadrón grafitero contra el sufrimiento en la 'ciudad roja' de Siria

  • Un grupo de jóvenes se ha propuesto lanzar mensajes de ánimo a la población, inmersa en los horrores de la guerra.
  • Las pintadas con carbón, tiza o pintura están omnipresentes en los muros de la ciudad.
El joven Ilyas junto a uno de sus grafiti donde puede leerse "Se acabó la conversación y los muros se han convertido en cuadernos del viento. Acógeme patria".
El joven Ilyas junto a uno de sus grafiti donde puede leerse "Se acabó la conversación y los muros se han convertido en cuadernos del viento. Acógeme patria".
EFE
El joven Ilyas junto a uno de sus grafiti donde puede leerse "Se acabó la conversación y los muros se han convertido en cuadernos del viento. Acógeme patria".

Los grafiti se han convertido en la vía de escape del sufrimiento diario de un grupo de jóvenes de Saraqeb, la 'ciudad roja' de Siria, cuyos muros han roto su silencio para servir de lienzo a los mensajes de ánimo a la población.

Saraqeb, cercana a la frontera con Turquía, es conocida por una fuerte presencia comunista, pero al mismo tiempo acoge a grupos islamistas radicales con normalidad. Esta contradicción aparece reflejada en las pintadas de sus muros, donde tan pronto pueden leerse grafiti con lemas utópicos como los que rezan "Sí al tribunal religioso".

Las pintadas con carbón, tiza o pintura están omnipresentes en los muros de la ciudad, donde tres jóvenes han optado por inmortalizar sus mensajes en las paredes frente a las efímeras pancartas de las manifestaciones semanales.

"Queríamos dibujar las heridas de la gente en la pared para que nadie las olvide. La herida cuando se enfría se convierte en un recuerdo lejano, pero pintándola en una pared es resistente, lo que significa que continuará siendo ardiente y dolorosa", explica Sumar Kanyo, uno de los grafiteros.

El régimen tenía todavía el control de la ciudad y los francotiradores disparaban desde las azoteas contra todo aquello que se movía cuando uno de los compañeros de Sumar, Raed, decidió hacer su primera pintada. "Elegí un verso poético para deshacerme del miedo y escribí 'Sin tristeza, pero triste'", explica.

Raed hizo su primer grafiti sin problemas, lo que animó a sus amigos a plasmar sus mensajes en las paredes de las calles y formar el escuadrón grafitero. "Nuestros muros ya son libres, se liberaron antes que nosotros", afirma Ilyas, el tercer integrante del grupo.

Al principio, algunos residentes de la ciudad borraban sus pintadas por miedo a la venganza del régimen. "Por ello, nos hemos centrado en los edificios públicos, para que nadie los borre", cuenta Raed.

En un paseo por las calles de la ciudad, Raed señala que la mayoría de los escritos no tienen contenido ideológico: "Son generales, defienden las ciudades afectadas por la guerra y lanzan consignas patrióticas de unidad, convivencia, fraternidad e igualdad".

En las paredes de algunas escuelas, los tres jóvenes han dibujado personajes populares como Bob Esponja y la Pantera Rosa, porque quieren desviar la atención de los niños de "la fealdad del mundo".

"Queremos convencerles de que hay cosas por las que vale la pena vivir en esta tierra", afirma Raed.

Aunque el optimismo domina en la mayoría de las frases, que auguran un futuro mejor, Ilyas evoca uno de los grafiti que escribió en un momento de desesperación por el aumento imparable de muertos: "Cansados están los muros y tristes son las historias, en un país en que la muerte se ha convertido en un hábito".

Veinte meses después del estallido de la revolución, la población de Saraqeb se siente orgullosa de que sus paredes respiren libertad con estos mensajes, tras haber sido en el pasado meros "cuadernos del viento", según reza un grafiti en un muro que se ha salvado de la destrucción.

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