Un total de 506 reses de ocho explotaciones de ganado vacuno, por el momento, de Lamasón, Peñarrubia y Tudanca tendrán que ser sacrificadas, por el momento, como consecuencia del brote de brucelosis surgido en la comarca, si bien esta cifra podría incrementar porque faltan los resultados de una prueba en parte de los animales del rebaño que compartió un pasto comunal en Tudanca, donde se dio el último positivo.

Está pendiente de saber si los animales de uno de los propietarios que tenían sus reses en la parcela comunal están contagiados, algo que desvelarán los resultados de un cultivo, algo que se sabrá "la semana que viene", según las previsiones realizadas este viernes por la consejera de Ganadería, Blanca Martínez, quien, antes de reunirse en su despacho con los ganaderos afectados por los vaciados de explotaciones y el sacrificio de las reses para hablar de ayudas.

Martínez ha informado de que en ese cultivo se aísla la brucela significa que el animal está contagiado y es un "foco" de contagio, con lo que deberá sacrificarse a toda la cabaña. Sin embargo, ha añadido que también puede darse el caso de que el análisis demuestre que hay anticuerpos pero no contagio, con lo que no sería necesario matar a los animales y sólo habrá inmovilización, pero no vaciado sanitario.

La consejera ha señalado que no se han detectado nuevos positivos, ha subrayado la rapidez en la que los responsables de Sanidad Animal se han puesto en contacto con los ganaderos afectados tras detectar el brote y ha afirmado, al contrario de lo que mantiene el PRC, los controles no se han relajado "absolutamente nada".