Miles de venezolanos se colocaron este jueves simbólicamente la banda tricolor que debía recibir su presidente, Hugo Chávez, en una "juramentación popular" marcada por sentimientos encontrados.

Los seguidores de Chávez, el presidente de 58 años y desde 1999 en el poder, tomaron el centro de Caracas para participar en la concentración convocada por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para este jueves, cuando el mandatario, hospitalizado en Cuba, debía asumir la presidencia para el periodo 2013-2019.

"#ChávezSomosTodos", rezaba contundente la banda presidencial, que se ciñieron los asistentes a una multitudinaria concentración  que fue diferente a las demás: hubo música, bailes improvisados, apasionados discursos y consignas conocidas, pero también una inusitada euforia contenida y alguna que otra lágrima.

Desde primeras horas del día seguidores de diversas partes del país se apostaron en las inmediaciones del Palacio de Miraflores donde repitieron consignas de apoyo al gobernante y de aprobación por la decisión del Tribunal Supremo de permitir el aplazamiento de la toma de posesión presidencial para cuando Chávez esté recuperado.

"Yo soy Chávez", "Chávez corazón del pueblo" se leía en las numerosas camisetas e insistentemente coreaban los seguidores del gobernante. El 68,% de los venezolanos aplaude la decisión del Tribunal, según un sondeo de opinión de International Consulting Services (ICS).

"Hoy está el pueblo en la calle para hacer que se respete nuestra Constitución, nuestro comandante y nuestro voto. No votamos para que mande la oposición, acá manda la revolución y su pueblo", se leía en una pancarta escrita por Rufina Sosa, quien desde hace dos años vive en un refugio provisto por el Gobierno para damnificados.  Sosa, ataviada con gorra y camiseta roja, agregó que si el comandante "no está, está el pueblo", que, a su juicio, defiende la revolución.

Casi a la salida de Miraflores, Alis Bazán, un taxista que a simple vista parece casi un doble del presidente venezolano vestido con camiseta y la boina roja, declaró que se trasladó desde Carabobo (centro) para apoyar a Chávez.  "Sabemos que (el presidente) está enfermo, bueno, recuperándose y que él al sentir este momento de apoyo le va a dar más ánimo de recuperarse", añadió.

"Yo que soy una vieja y he visto las cosas, le puedo decir que éste ha sido el mejor gobierno que hemos tenido", confesaba Gladis Marina Chacón, una jubilada de 67 años. Alfabetizada gracias a la Misión Robinson, Gladis no podía evitar las lágrimas cuando pensaba en la salud de Chávez, para quien no deja de orar y a quien define como "más que el hijo de uno".

Ya en Miraflores, los seguidores de Chávez juraban en voz alta y solemnemente junto a Maduro, el delfín elegido por el mandatario, "absoluta lealtad a los valores de la patria y absoluta lealtad al liderazgo del Comandante".

"Maduro es excelente, pero ninguno es como Chávez", concluía Gladis.

Las autoridades venezolanas invitaron a gobiernos "amigos" de América Latina a sumarse a los actos y participar en una reunión de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Tras la gran concentración ante el Palacio de Miraflores, sede de Gobierno, se prevé un acto en un céntrico teatro de Caracas.

A la jornada de movilizaciones se sumaron, además de los venezolanos partidarios de Chávez, un buen grupo de mandatarios y personalidades políticas extranjeras, como el vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba Miguel Díaz-Canel, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, el presidente de Uruguay, José Mujica, el expresidente de Paraguay Fernando Lugo, el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, el presidente de Bolivia, Evo Morales, y el canciller de Argentina, Héctor Timerman, entre otros.

Una de las ausencias más notables fue la del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que se encuentra en campaña electoral y que excusó su asistencia, aunque ya mostró sus respetos a Chávez, durante la visita que le hizo en Cuba poco antes de la operación.

Ministros de Exteriores y representantes de 22 países americanos reunidos en Caracas firmaron en esta jornada una declaración en la que se comprometen a cerrar filas en apoyo a Venezuela y sus instituciones. Los 18 países asociados en Petrocaribe y la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), más autoridades de El Salvador, Honduras, Uruguay y Argentina, suscribieron la "Declaración de Caracas".

En dicha declaración se subraya que los 22 países colaborarán "en los espacios internacionales" con el Gobierno a cargo del vicepresidente y canciller, Nicolás Maduro, para impedir que la salud del presidente, Hugo Chávez, sirva de "pretexto para atentar contra las instituciones democráticas".

Esa colaboración regional intenta impedir que se concreten intentos por "desestabilizar y fomentar el intervencionismo en asuntos sobre los cuales el pueblo venezolano ha expresado claramente su voluntad", agrega.

La jornada festiva en Caracas se tiñó sin embargo de luto a primeras horas de la mañana. Un choque múltiple de vehículos, entre ellos un camión y dos autobuses de pasajeros, en la autopista Lara-Zulia, al oeste de Venezuela, causó al menos 11 muertos y 75 heridos, muchos de ellos graves.

El diario El Nacional informó de que los dos autobuses estaban "repletos de simpatizantes del oficialismo y trabajadores de la Zona Educativa del estado Zulia" que viajaban a Caracas para participar en la manifestación de apoyo a Chávez. Según este medio, la mayoría de las víctimas son profesores y empleados del Ministerio de Educación.

"Presumimos que el conductor (del camión) se detuvo porque había una nube espesa de humo, producto de un monte quemado, que impedía la visibilidad del tránsito, y los autobuses le llegaron por detrás", dijo el comandante del Cuerpo de Bomberos del municipio Santa Rita del estado Zulia, Henry Uzcátegui.

En España, el secretario de Estado para Iberoamérica, Jesús Gracia, dijo este jueves que confía en que el presidente Chávez pueda recuperarse para asumir sus funciones y abogó por afrontar la incierta situación que atraviesa el país desde la "serenidad", la "tranquilidad" y la "concordia".

Gracia quiso hablar desde la "prudencia" porque, dijo, la situación es "muy delicada". "Primero está la salud del presidente reelecto, el presiente Chavez, que es un elemento determinante, y deseamos que salga lo mejor posible para que pueda asumir las funciones para las que ha sido elegido democráticamente", ha manifestado.

A su juicio, este "momento de dificultad" tiene que ser resuelto dentro del orden constitucional venezolano y "de acuerdo con todos los venezolanos", encargados de decidir "cómo se debe salir adelante".