Una gran antología de Winogrand, el fotógrafo más prolífico de la historia, irá a Madrid

  • Es la selección más completa nunca antes organizada del 'padr'  de las fotos callejeras y se inaugura en el Museo de Arte Moderno de San Francisco (EE UU).
  • La esperada muestra viajará después a Washington, Nueva York, París y Madrid.
  • A pesar de morir a los 56 años, el frenético Winogrand dejó 250.000 imágenes y retrató mejor que nadie la vida estadounidense entre los cincuenta y los ochenta.
Una de las fotos de la retrospectiva de Garry Winogrand que condensa su 'mirada': rapidez y atención a lo que sucede
Una de las fotos de la retrospectiva de Garry Winogrand que condensa su 'mirada': rapidez y atención a lo que sucede
© The Estate of Garry Winogrand, courtesy Fraenkel Gallery, San Francisco
Una de las fotos de la retrospectiva de Garry Winogrand que condensa su 'mirada': rapidez y atención a lo que sucede

Se trata de la exposición de fotografía más esperada de 2013, sobre todo porque reúne por primera vez un cuerpo notable e inédito del trabajo de Garry Winogrand (1928-1984), un insaciable retratista de la vida en las calles. Pese a su muerte prematura, a los 56 años, a consecuencia de un cáncer de páncreas, dejó un legado de unas 250.000 imágenes y se le considera el fotógrafo más prolífico de la historia. Lo realmente notable es que, pese a la voracidad con que trabajaba, casi siempre hacía la buena foto.

La antología Garry Winogrand, de la que se viene hablando desde hace dos años, está finalmente a la vista. El Museo de Arte Moderno de San Francisco (Sfmoma), una de las dos entidades que han financiado la producción de la muestra —la otra es la National Gallery of Art de Washington—, acaba de anunciar formalmente la exposición, la mayor nunca antes dedicada al padre de las fotos callejeras. Será inaugurada el 9 de marzo en la sede del Sfmoma, donde estará en cartel hasta el 2 de junio.

Vendida hasta 2015

La importancia artística de la gran retrospectiva —300 fotos en exhición y 400 en el catálogo especial que editarán para la ocasión, la mitad de las cuales nunca antes se habían exhibido— es tanta que ya hay calendario hasta junio de 2015. Tras la premiere en San Francisco, viajará a la National Gallery of Art de la capital de los EE UU, luego irá al Metropolitan Museum of Art de Nueva York, al Jeu de Paume de París y a la Fundación Mapfre de Madrid, donde está programada entre marzo y junio de 2015.

El revuelo no es exagerado. Comparado con el escritor Norman Mailer por su capacidad de síntesis del alma estadounidense contemporánea, pero, a diferencia de éste, mucho menos pagado de sí mismo, Winogrand fue durante un cuarto de siglo, entre los años cincuenta y ochenta del siglo XX, el más bruñido de los espejos del país.

"Podríamos decir que soy un estudiante de fotografía, y lo soy, pero lo que soy de verdad es un estudiante de los EE UU", declaro cuando le preguntaron de donde nacía su afán casi neurótico por salir a la calle y retratar todo lo que sucediese con una cámara Leica M4, en la que montaba una lente gran angular preenfocada —no deseaba perder tiempo en buscar el foco—, intentando adaptar su ritmo fotográfico al frenético de la ciudad. Disparaba una foto tras otra, despreocupado del encuadre, buscando la rapidez y el instante.

Nacido en el barrio neoyoquino del Bronx, la obra más concida de Winogrand se desarrolló en Manhattan durante la década de los años sesenta, época de erupción social y política de la que se convirtió en uno de los fotógrafos más conocidos. Para uno de los coordinadores de la exposición, John Szarkowski, fue el "fotógrafo central" de una generación especialmente fructífera de la que también emergieron Diane Arbus y Lee Friedlander, ambos, como su coétano, fotógrafos que preferían la evocación poética al fotoperiodismo documental clásico.

"Apetito incesante"

Winogrand se diferenciaba de sus contemporáneos en que que mostraba "una energía deslumbrante y un apetito incesante", añade el curator, y en que tenía un agudo sentido extra que le permitía presentir lo que estaba sucediendo o a punto de suceder fuera de los límites de la foto y reencuadrar con rapidez. Además, tenía un gran sentido del humor e intentaba potenciar lo extravagante o inusual que sucedía a su alrededor.

Retrató a grandes empresarios, mujeres en la calle, actores famosos y atletas, hippies, rodeos, políticos, soldados, animales en zoológicos, la cultura del automóvil, aeropuertos, manifestantes contra la guerra, trabajadores de la construcción..., fue un narrador de la vida cotidiana en un país que ante sus ojos "parecía desdoblarse en un flujo continuo". El amplísima catálogo visual que acumuló le ha llevado a ser comparado con el mensaje sobre la belleza del hombre de la calle que emanaba de la poesía de Walt Whitman.

2.500 carretes que ni siquiera reveló

Los organizadores de la exposición destacan el tremendo interés de Winogran por el azar de la foto y no por el resultado ("la fotografía no va sobre lo que es fotografiado, sino sobre cómo se ve lo fotografiado en una foto", decía), constatable en la poca importancia que concedía al positivado en papel de los negativos. Durante su vida publicó sólo cinco libros en ediciones modestas y dejó al morir más de 2.500 carretetes de película sin revelar, una producción que era "virtualmente desconocida" y de la que se nutre parte de la retrospectiva.

La exposición se divide en tres partes. Down from the Bronx, presenta imágenes de entre 1950 y 1971, tomadas en Nueva York; A Student of America contiene fotos del mismo periodo, tomadas en los frecuentes desplazamientos de Winogrand, un ávido viajero, a otras zonas de los EE UU, y Boom and Bust se centra en la etapa final de su carrera, cuando se mudó a Texas y luego a California.

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