Alrededor de un millar de personas participarán este sábado en la tradicional Cabalgata de los Reyes Magos de Alcoy (Alicante), que este año cumple 128 años de historia y constituye la cita más esperada por los niños a lo largo de todo el año, según han indicado fuentes del Ayuntamiento de Alcoy, responsable de la organización de los actos.

Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en noviembre de 2001, la llegada de sus majestades convoca cada año a miles de visitantes que quieren vivir en directo el mensaje y la emoción de esta centenaria Cabalgata.

Su celebración se realiza de forma continuada desde 1885, si bien sus antecedentes documentales se remontan al año 1866, según han recordado las mismas fuentes, quienes han destacado que está considerada como una de las Cabalgatas de Reyes Magos "más antiguas de cuantas se celebran en España y, posiblemente, en el mundo".

Este viernes, tras el pregón del Tío Piam previsto a las 18.30 horas, el Embajador Real recorrerá desde las 19.00 horas las calles de la ciudad anunciando la inminente llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar. El bando real anima a los niños a depositar sus cartas en unos buzones que cargan unas burritas sobre sus lomos.

Los enviados reales llevan los buzones cargados en las burritas a los Reyes Magos, que de acuerdo con la tradición, montan su campamento en lo alto de las colinas cercanas, donde los pequeños pueden ver las antorchas encendidas durante toda la noche.

Llegada de los reyes

Al día siguiente, desde las seis de la tarde antorchas, pajes, versos y sones populares preludian que la espectacular entrada de los Magos se avecina. Es entonces cuando los Reyes de Oriente, montados sobre sus camellos descienden por las empinadas calles del centro de Alcoy, acompañados de centenares de pajes que portean paquetes y escalas que utilizan para entregar en mano los regalos a los niños asomados en los balcones del centro urbano.

El recorrido atraviesa sobre las 19.00 horas la Plaza de España, donde sus majestades se detienen alrededor del belén viviente para participar en la Adoración. Allí, tal y como manda la tradición, portan sus presentes al Niño —oro, incienso y mirra—, según han explicado fuentes municipales, quienes han recordado que el acto se cierra con un espectacular castillo de fuegos.