Estados Unidos pone en marcha medidas de emergencia para evitar la suspensión de pagos

  • El país supera el límite de endeudamiento.
  • Técnicamente, está en el 'abismo fiscal'.
  • Las medidas significan un colchón de 200.000 millones de dólares.
La sede del capitolio estadounidense en Washington.
La sede del capitolio estadounidense en Washington.
JIM LO SCALZO/ EFE
La sede del capitolio estadounidense en Washington.

El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ha notificado al Congreso que Estados Unidos superó este martes el límite de endeudamiento autorizado por los legisladores en 16,39 billones de dólares.

El responsable gubernamental, en una carta enviada en este primer día del año al Congreso, indicó que ha puesto en marcha una serie de medidas de emergencia que mantendrán financiadas las actividades del gobierno a corto plazo y evitarán que Estados Unidos caiga, en los próximos dos meses, en una suspensión de pagos.

Las medidas han creado una "amortiguación" de unos 200.000 millones de dólares, según el gobierno.

A la espera de la Cámara baja

El aviso de Geithner se difundió mientras Estados Unidos se encuentra, técnicamente, dentro del abismo fiscal a la espera de que la Cámara de Representantes debata y apruebe un acuerdo negociado entre el Senado y la Casa Blanca que pretende evitar recortes en todos los gastos del Gobierno y el fin de las exenciones impositivas que datan de una década.

El presidente, Barack Obama, ha procurado separar las disputas en torno al presupuesto deficitario de Estados Unidos y el techo del endeudamiento nacional, pero los republicanos insisten en vincularlas, señalando que no se resolverá la deuda si no se ajusta el presupuesto.

La deuda nacional de Estados Unidos es ahora más grande que el producto interior bruto del país.

Muro republicano

En julio de 2011, animados por una facción conservadora muy militante en su bancada de la Cámara de Representantes, los republicanos se negaron a incrementar el límite de endeudamiento exigiendo que el Gobierno de Obama aceptara a cambio recortes equivalentes en los gastos, especialmente los de los servicios sociales, educación y salud.

Al final, el Congreso autorizó una subida del endeudamiento pero postergó la solución más amplia al problema de la deuda y del déficit fiscal -de un billón de dólares anuales- hasta después de la elección presidencial de noviembre de 2012.

Los republicanos calcularon que, si ganaban esa elección y fortalecían su mayoría en el Congreso, sacarían adelante su plan de reducción de gastos sin aumento de impuestos.

El Gobierno de Obama -que heredó un déficit generado durante una década de guerras financiadas con deuda- propuso una reducción selectiva de gastos y aumentos de impuestos para equilibrar las cuentas del Gobierno federal.

El arreglo de 2011 estipuló que, si no se llegaba a un compromiso bipartidista sobre la reducción equilibrada del déficit a fin de 2012, el 1 de enero entrarían en vigor cortes drásticos en todas las áreas de gastos del gobierno, terminarían las exenciones impositivas que datan de una década y se acabaría el subsidio por desempleo que ahora perciben unos 2,3 millones de personas.

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