Un artista provocador coloca en el antiguo gueto de Varsovia una escultura de Hitler rezando

  • El italiano Maurizio Cattelan despierta reacciones opestas con una obra que se presenta como una reflexión sobre la maldad.
  • La escultura, titulada 'ÉL' representa al líder nazi de rodillas y en actitud orante.
  • El rabino jefe de Polonia ha dado su apoyo a la iniciativa.
La estatua creada por Maurizio Cattelan que muestra a Adolf Hitler arrodillado en el antiguo gueto de Varsovia
La estatua creada por Maurizio Cattelan que muestra a Adolf Hitler arrodillado en el antiguo gueto de Varsovia
AP Photo/Czarek Sokolowski
La estatua creada por Maurizio Cattelan que muestra a Adolf Hitler arrodillado en el antiguo gueto de Varsovia

Es el símbolo de todos los guetos, el mayor que construyeron los nazis. Tras los vigilados muros que separaban a los judíos (el 30% de los ciudadanos de Varsovia, la capital de Polonia) del resto de la población, el gueto era un hacinamiento de seres humanos que —si no morían allí por enfermedad o hambre— eran al final deportados a los campos de concentración. En tres años de existencia, de 1940 a 1943, el territorio segregado pasó de 400.000 personas a 50.000.

En uno de los pasadizos del antiguo gueto de Varsovia, tras una verja de madera, el artista italiano Maurizio Cattelan (conocido por sus acciones efectistas) ha instalado una estatua que muestra a Adolf Hitler, vestido con traje gris, arrodillado y rezando en uno de los escenarios más simbólicos de la crueldad nazi.

La obra titulada HIM (ÉL) ha atraído a numerosos visitantes y causado una poderosa mezcla de emociones desde que se instaló el mes pasado. Tal vez para acentuar el misterio y la impresión, sólo se puede ver en la distancia.

Aunque Cattelan no detalla por qué la figura que representa a Hitler se encuentra en posición orante, los organizadores de la iniciativa señalan que es una reflexión "sobre la naturaleza de la maldad". "Todo criminal fue alguna vez un tierno, inocente e indefenso niño", dicen refiriéndose al reducido tamaño de la escultura, que representa al dictador como si fuera un chico joven.

"Una imagen provocadora, pero no ofensiva"

Algunos han apuntado al mal gusto de la obra en un lugar tan señalado. El centro cultural judío Simon Wiesenthal de Los Ángeles (EE UU) rechaza la elección del lugar y la califica de "una provocación sin sentido que insulta la memoria de las víctimas judías del nazismo".

Sin embargo, el rabino jefe de Polonia Michael Schudrich, mostró su aprobación al ser consultado sobre el lugar en que iba a ser instalada la estatua. Schudrich ve en la acción del artista un intento de lanzar cuestiones morales, una prueba de la complejidad del mal, no siempre facil de discernir.

Muchos de los visitantes han reaccionado positivamente al trabajo de Cattelan. Consideran la figura orante de Hitler, el máximo dirigente de un régimen responsable de la muerte de alrededor de 12 millones de personas, "una imagen provocadora, pero no ofensiva", poderosa por sus múltiples significados, emotiva en un lugar marcado por la sordidez del pasado.

Las calles del territorio segregado fueron el escenario de la desesperación y el terror y más tarde la sublevación de los partisanos: los nazis incendiaron edificios para obligar a quienes se escondían a salir, muchos prefirieron saltar desde lo alto de las construcciones a vivir una segunda parte de pesadilla en los campos de concentración. Otros fueron gaseados en los búnqueres que habían construido como último recurso para no morir.

Cattelan es conocido por sus acciones provocadoras. Una de las obras más polémicas de este cotizado creador fue La Nona Ora (La novena hora), donde representaba al Papa Juan Pablo II alcanzado por un meteorito. Este año presentó en Londres una ardilla suicida como metáfora de la angustia adolescente y un símbolo de las Brigadas Rojas convertido en neón navideño.

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