El titular del Juzgado de Menores número 3 de Alicante, José Ricardo García, ha adoptado, en contra del criterio de la Fiscalía, una medida cautelar de libertad vigilada contra el adolescente de 15 años que agredió hace una semana a un profesor en un instituto de San Vicente del Raspeig.

El incidente fue  grabado por una alumna amiga suya.

La Fiscalía solicitó internamiento

En la vista celebrada este viernes, la Fiscalía de Menores solicitó su internamiento en un centro en régimen semiabierto debido a la "repercusión social y la gravedad" de los hechos por su falta de autocontrol, no estar escolarizado y sufrir "impulsos de agresividad".A esta petición se sumaron los trabajadores del

No obstante, el juez decretó que el menor, que está acusado de un delito de atentado contra la autoridad, fuera sometido a un régimen de libertad vigilada hasta que sea juzgado.

El magistrado basa su decisión en que "no hay motivo para creer que el menor vaya a eludir la acción de la justicia o manipular las pruebas", así como en que no tiene antecedentes y vive con su familia, formada por "personas trabajadores".

En todo caso, ordena que vuelva a ser escolarizado, que se controle su tiempo de ocio, se inicie un tratamiento con su familia para "iniciar pautas de disciplina y establecimiento de límites" y otro tratamiento psicológico para controlar su "impulsividad".

La medida cautelar es la misma que el jueves impuso otra juez contra una amiga del anterior que, al parecer, grabó con su teléfono móvil la agresión al profesor, quien les había llamado la atención porque se encontraban en un aula fumando.

El joven, "arrepentido"

A la salida de los juzgados, José Velasco, compañero sentimental de la madre del joven imputado, aseguró a los periodistas que el adolescente estaba "arrepentido" y reconocía que estaba "muy mal" lo que había hecho.

Velasco también se disculpó ante el profesor y contó entre lágrimas que el hijo de su compañera "se cegó" cuando el profesor, con quien no había tenido ninguna disputa previa, intentó quitarle un paquete de tabaco de la mano.

Por último, explicó que el adolescente no había sido matriculado este año en el instituto de San Vicente del Raspeig porque se negaba a estudiar, pero le ayudaba en sus trabajos de albañilería y pintura "para que no estuviera por ahí dando vueltas como un perro callejero".