La familia del extoxicómano David Reboredo, que permanece en prisión desde principios de diciembre y para quien se pide el indulto, ha estimado que la reducción de pena en un año y medio sentenciada por el Tribunal Supremo será un "espaldarazo" y "dará ánimo" a este vigués. Asimismo, se mantiene optimista sobre la posibilidad de que, tras la denegación del indulto, las nuevas peticiones presentadas sean aceptadas.

En declaraciones a Europa Press, Marco Reboredo recordó que su hermano David fue condenado por el intercambio de dos papelinas a dos penas de tres años y medio, que suman 7 años. Ahora, el recurso presentado al Tribunal Supremo por la primera de las condenas —una causa de 2006— ha rebajado esta pena en año y medio, por lo que actualmente está condenado a 5 años y medio de prisión, dos años por la primera y tres años y medio por la segunda.

Este familiar ha considerado que la rebaja dará "un espaldarazo" y "más ánimo" a David, quien ingresó el cinco de diciembre en la cárcel pontevedresa de A Lama y desde allí está recibiendo muestras de apoyo de diversas partes de España. Además, el propio Ayuntamiento de la ciudad mostró su respaldo a través de una moción aprobada el jueves por unanimidad en el pleno.

Marco Reboredo ha asegurado que sus allegados mantienen el optimismo sobre las nuevas peticiones de indulto realizadas, una vez que se denegaron las primeras.

En ese sentido, ha precisado que esta acción —solicitada con escritos al Gobierno y también a la Casa Real— es un procedimiento que no tiene nada que ver con la sentencia del Supremo, si bien ha estimado que la rebaja de la condena podría tener "alguna connotación" que pudiera ser favorable para que la medida de gracia sea concedida.

SENTENCIA

La resolución del Alto Tribunal, sobre la venta de una bolsa con 0,293 gramos de heroína, considera que la cantidad de droga por la que se le juzgó era "nimia" y señala además que se trató de una "única entrega" y que el recurrente ocupaba "el último eslabón de la cadena".

Asimismo, indica que se trata de "un adicto a la heroína que, aunque precisamente por su adicción, ha sufrido recaídas, nunca ha abandonado el tratamiento, teniendo un sólido apoyo familiar y una relación estable".