Ya está listo. Engrasado y con todo a punto para que el día 31 de diciembre no haya contratiempos, el reloj de la Puerta del Sol espera a que llegue su minuto de gloria anual, en el que, uvas en mano, estarán pendientes de él millones de personas.

Los relojeros encargados de su mantenimiento suben a la torre varias veces por semana para mantener la maquinaria en condiciones óptimas. No obstante, la medianoche del día 30 realizaran un ensayo que, desde hace años, congrega en la plaza a miles de personas ansiosas por ensayar el fin de año.

Este ensayo, según ha indicado Pedro Ortiz, uno de los relojeros de Relojería Losada, encargada desde 1997 del mantenimiento del reloj, será realizado por los mismos cuatro profesionales que el día 31 permanecerán en la torre de la Real Casa de Correos, sede de la presidencia madrileña, desde las diez de la noche, hasta después de las campanadas.

Tanto el 30 como el 31, estos relojeros retirarán la palanca que sujeta de bola del reloj exactamente veintiocho segundos antes de las doce. La bola descenderá por su propio peso, acompañada de su famoso repique de aviso. Después sonarán los cuartos, con dos campanadas cada uno. Finalmente, junto a la última señal horaria, a las doce en punto, repicará la primera campanada. Las once siguientes lo harán ya, con tres segundos de diferencia, en los primeros 33 segundos de 2013.

Pese a la celebración, las campanadas de nochevieja son como las de todos los días del año. Solo cambian las emociones de los relojeros y los espectadores, que como dice la canción de Mecano podrán hacer "por una vez algo a la vez". "Es como un actor que se sabe su papel de memoria pero para el que cada función es diferente o como cuando te compras un coche nuevo; lo normal es que arranque al día siguiente, pero siempre puede fallar algo", explica Ortiz, que en todo caso asegura que el próximo día 31 no fallará nada.

El reloj de la Puerta del Sol fue construido en Londres por el español José Rodríguez de Losada, del que la empresa encargada de su mantenimiento y para la que "es un orgullo ser el relojero del reloj más famoso de España" recibe su nombre. Llego a Madrid en 1865 para ser colocado en la iglesia del Buen Suceso y luego en este edificio, antigua sede de Gobernación, más tarde Dirección General de Seguridad y ahora Presidencia de la Comunidad de Madrid.

El año pasado, el día 30 se reunieron en la plaza del sol varios miles de personas. Este año, las campanadas coincidirán con un paro parcial de los trabajadores del Metro, desde las cinco de la tarde hasta las dos de la madrugada, por lo que se espera que el día 30, con el suburbano a pleno rendimiento, haya en la plaza casi tanta gente como en Nochevieja.

Así, el año pasado, la Policía Municipal tuvo que montar el día 30 un amplio dispositivo para controlar los accesos a la Puerta del Sol y evitar que se introdujeran botellas y se produjese venta ambulante.