La Bolsa española, pendiente de las reuniones en EE UU para evitar el temido 'abismo fiscal'

  • Los inversores también estarán pendientes de la publicación del dato de la confianza empresarial en Alemania (índice IFO) o la de los consumidores de EE UU.
  • El 'abismo fiscal' se producirá el 1 de enero de 2013, cuando entrará en vigor automáticamente una subida de impuestos y drásticos recortes del gasto público.
  • Los republicanos han accedido a aumentar los impuestos a los más ricos, pero a cambio de drásticos recortes en el gasto y una reforma de los programas sociales.
  • "Las líneas de comunicación siguen abiertas, pero no hay acuerdo ni se espera uno inminente", aseguran a la prensa de EE UU fuentes cercanas a la negociación.

Después de conquistar el nivel de 8.000 puntos y situarse en precios desconocidos desde mediados de octubre, la Bolsa española afronta la penúltima semana del año pendiente de las negociaciones sobre el 'abismo fiscal' estadounidense y de la publicación de diversas estadísticas —IFO alemán y PIB de EE UU—.

A falta de siete sesiones bursátiles completas y dos mediadas —la bolsa cerrará el 25 y el 26 y los días 24 y 31 abrirá hasta las 14.00 horas— para acabar este ejercicio, los inversores seguirán atentos en los próximos días al desarrollo de las conversaciones que mantienen en los Estados Unidos para evitar el 'abismo fiscal'.

Además del rifirrafe sobre los presupuestos e impuestos en la mayor economía del mundo, que no impidieron la semana pasada que la prima de riesgo bajara a 405 puntos básicos, los inversores también estarán pendientes en los próximos días de la publicación de diversos datos, como la confianza empresarial en Alemania (índice IFO) o la de los consumidores estadounidenses.

También estarán atentos al dato definitivo del PIB estadounidense del tercer trimestre y a los datos sobre el sector inmobiliario de la primera economía mundial —viviendas iniciadas, permisos de construcción y ventas de casas de segunda mano—, así como a las decisiones que adopte el Banco de Japón sobre tipos de interés.

Los republicanos dan un paso

La delegación republicana en las negociaciones sobre la reducción del déficit público en EE UU ha accedido, por vez primera, a aumentar los tipos impositivos para los ciudadanos más ricos, según informaron este domingo medios estadounidenses.

El presidente de la Cámara de Representantes y jefe de la delegación republicana, John Boehner, ha ofrecido un aumento de los tipos que se aplican a las familias que ingresan más de 1 millón de dólares anuales, a cambio de drásticos recortes en el gasto y una ambiciosa reforma de los programas sociales, según la cadena de televisión CNN.

Se trata de la primera vez desde las elecciones del 6 de noviembre que la oposición republicana accede a un incremento de la fiscalidad para los más ricos, aunque la oferta queda todavía muy lejos de la exigencia planteada por el Gobierno de Barack Obama.

Objetivo: evitar el 'abismo fiscal'

El presidente exige, como medida para aumentar los ingresos del Estado, que se dejen expirar las rebajas fiscales de la era de George W. Bush para los hogares con ingresos superiores a los 250.000 dólares anuales, pero se mantengan para las familias de clase media.

En esta fase decisiva, Obama y Boehner conducen personalmente las negociaciones que pretenden evitar el temido 'abismo fiscal', esto es, la combinación a principios del próximo año de una abrupta y generalizada subida de impuestos, como resultado del vencimiento de las rebajas de la era Bush, y drásticos recortes del gasto público.

Todos los analistas coinciden en que la suma de ambas medidas, que tendría como efecto la retirada de casi 7 billones de dólares de la economía, precipitaría a EE UU  en una nueva recesión.

Según fuentes conocedoras de la propuesta citadas por el diario Político, la oferta republicana, aunque es un paso en la dirección deseada por los demócratas, todavía resulta inaceptable para este partido.

El nivel de ingresos fijado para la subida de impuestos es demasiado alto y demasiado drástico el recorte previsto de los programas sociales y, además, no contempla la prórroga de los subsidios de desempleo, otra de las exigencias clave para los demócratas. "Las líneas de comunicación siguen abiertas, pero todavía no hay acuerdo, ni se espera uno inminente", declaró Michael Steel, el portavoz de Boehner, según recoge Político.

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