Mauricio Fernández: "Estoy convencido de que sin los medios no habría terrorismo"

  • Escribió en diversos medios sobre ETA y le tocó vivir desde el Ministerio del Interior una de las épocas más sangrientas en la historia de la banda.
  • Su tesis doctoral gira en torno al tratamiento informativo del terrorismo.
  • Fernández cree que en esta clase de noticias "la objetividad no puede existir, hay que ser claramente beligerante".
  • El cese armado de ETA cumple un año.

Doctor en Periodismo, Mauricio Fernández ejerció en diversos medios y, entre 1996 y 2002, desde el Ministerio de Interior vivió uno de los periodos más convulsos de ETA. Su libro 'Terrorismo e Información: la batalla por la libertad de expresión' resume el contenido de su tesis doctoral.

¿Sigue siendo delicado hablar de ETA tras el comunicado del cese de actividad armada?

Toda ambigüedad es mala, y en España, durante años, se ha intentado justificar lo injustificable. Es una banda de asesinos, y así hay que tratarlos. Miras la hemeroteca y te horrorizas; hubo un tiempo donde se dedicaba más al terrorista, a sus métodos, que a la propia víctima. Ahora sí se es más beligerante que en los 70 o los 80, pero se hicieron muchas barbaridades. La objetividad no puede existir, hay que ser claramente beligerante. El periodista debe dimensionar en su justa medida y desde el lado de las víctimas.

Por el libro sobrevuela el filósofo McLuhan y su "sin comunicación no habría terrorismo".

Si no hubiera medios, estoy convencido de que no habría terrorismo. El objetivo número uno del atentado es  publicidad. La acción terrorista necesita ser reivindicada por la autoría, y ahí entran los medios. Se convierten, de alguna manera, en cómplices indirectos.

¿Qué queda? ¿Silenciar?

Los atentados no dejan de ser, entre comillas, campañas de marketing para vender un producto. No se puede silenciar, pero tampoco dar altavoz.

¿Cómo se camina sobre una frontera con una línea tan delgada?

En una noticia, por ejemplo, valorando posible alcance y daño. Responsabilidad y sentido común. Ha habido números uno de ETA que escaparon de operaciones por filtraciones interesadas o mala praxis al informar.

También se han destapado muchas informaciones valiosas.

Yo mismo he hecho muchas informaciones sobre ETA, soy el quid de mis contradicciones. Siempre han tenido en los medios un objetivo de propaganda, pero también gracias a los periodistas no han conseguido lo que se han propuesto. Han sido un dique de contención importante, y no creo que ninguna banda se haya cebado tanto con los periodistas; podrían haber muerto muchos más de los que tristemente lo hicieron.

¿Para periodistas y ciudadanos en general, Miguel Ángel Blanco supone un antes y un después?

En los 90 se produce un rechazo social evidente a ETA. La gente va a la calle sin temor,  mucho más conscientes de lo que significa. El punto culminante es lo que sucede con Miguel Ángel. Y los medios empiezan a verse como objetivos; siempre lo han sido, pero mucho más desde esos años. Se dan cuenta de que todos podemos serlo.

¿Qué lecciones deben quedar en los medios tras años de terrorismo de ETA?

Se ha dado más pábulo a  ETA que a ninguna otra organización terrorista del mundo.Los Grapo, una banda con menos ideología y más de tipo mafioso y de extorsión, apenas tenía difusión y se han muerto ellos solos como organización. Si se hubiese seguido esa vía al informar, a lo mejor habríamos acabado mucho antes con el fenómeno terrorista.

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