Las listas con las mejores y peores canciones del año, ¿una plaga útil o cansina?

  • A medida que se acerca el fin de 2012, numerosos medios musicales se apresuran a publicar sus 'ranking' con lo mejor y peor del año.
  • Varios periodistas dan su opinión sobre la utilidad de estos listados, capaces de destacar a artistas tan dispares como Klaus & Kinski, Kendrick Lamar o PSY.
Los artistas PSY, Alt-J, Klaus & Kinski y Leonard Cohen (de izda. a dcha y de arriba abajo).
Los artistas PSY, Alt-J, Klaus & Kinski y Leonard Cohen (de izda. a dcha y de arriba abajo).
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Los artistas PSY, Alt-J, Klaus & Kinski y Leonard Cohen (de izda. a dcha y de arriba abajo).

Se acerca la Navidad y es momento de hacer balance. En el mundo de la música se ha multiplicado el número de listas con "lo mejor" e, incluso, "lo peor" del año que acaba. Esta plaga por clasificar tiene claves, fobias y herramientas.

Para el maestro de periodistas musicales y jefe del programa Disco Grande de Radio 3, emisora musical de RNE, Julio Ruiz, "las listas son agradecidas y resultonas; sirven para desbrozar la maraña y ejercer de criba ante la aglomeración musical".

De igual manera se expresa Joan Luna, director de la revista Mondo Sonoro, otro partidario acérrimo de las clasificaciones anuales: "Una de las mejores cosas que puede hacer un hombre para facilitarse la vida es hacer listas de cosas, las de discos son una más".

Tanto es así que en su publicación aparecen catálogos específicos de rap, metal, hardcore, folk, world music, electrónica, listas de maquetas -grabaciones caseras- de cada zona de España, internacional, nacional, de comics, películas... "Tendré que hacer una lista de todas las listas que sacamos", bromea.

Según Luna, estamos hablando de la opinión de un experto que sirve de filtro, "una orientación para quien no le dedica tanto tiempo a descubrir o a escuchar todas las novedades".

Sin duda, la necesidad de este tipo de guías viene empujada por la abundante oferta musical. El público cada día tiene mayor acceso a la música sin intermediarios y, pese a la tan cacareada y real crisis editorial, la creatividad sonora se expande como la alegría de vivir.

"Hay semanas en las que, en el plano internacional, se lanzan 15 discos interesantes". Así se expresa Sebas Alonso, capo de la imprescindible web musical Jenesaispop, que destaca que en este año han reseñado "entre 300 y 400 álbumes", un número excesivo para un oyente medio.

Esta labor de selección marca tendencia. Por ejemplo, para Sebas, la música de 2012 que se ha hecho en España ha mirado a nuestro folclore desde lo alternativo, "bien con un punto ácido o completamente en serio", y  apuesta como relevantes por artistas como Klaus&Kinski, Silvia Pérez Cruz, La Bien Querida, Evangelistas o Lorena Álvarez.

El criterio de selección es sencillo. En el caso de Jenesaispop, el coctel está compuesto por 15 personas, una tabla Excel y muchas ganas de discutir por una buena canción.

Cada maestrillo tiene su librillo. Por ejemplo, Julio Ruiz lleva años planteando "un referéndum anual" entre sus oyentes y confiesa que esta fórmula le ha llevado a descubrir a auténticos coleccionistas del listas temporales, gente que recuerda y guarda antiguas novedades ya en el olvido de todos.

Después, como factor de riesgo, está la influencia exterior. En el mundo anglosajón, las nóminas de lo mejor del año crecen en noviembre sin diferenciar países o lenguas. Este 2012 , las apuestas van desde clásicos como Leonard Cohen - la revista Uncut-, a raperos como Kendrick Lamar -según la biblia del indie, Pitchfork- o desde la neopsicodelia de Tame Impala —NME— hasta el  R&B de Frank Ocean —donde aparece en los primeros puestos de casi todos los medios—.

Para evitar la copia de la prensa internacional, Mondo Sonoro, por ejemplo, se adelantó al resto de los medios y publicó su relación de favoritos en el número pasado "para llegar algo más vírgenes a las listas", dice Luna, que aupó el álbum An awesome wave de los novísimos y británicos Alt-J como el disco del año.

Frente a estos criterios especializados están los robots. ¿Cómo no dejarse arrastrar por la lista de lo más oído en Spotify? Quince millones de usuarios globales no pueden equivocarse aunque hayan apostado en 2012 por artistas como Gotye, Carly Rae Jepsen y Fun. O sí.

También están los servicios de identificación de canciones (tipo Shazam), el registro de los álbumes más vendidos, las canciones más descargadas, los músicos que ganaron más dinero —Dr. Dre, 84, 5 millones de euros- o el 'top' de los Cuarenta Principales. Todo trata de ser clasificado, ordenado y, obviamente, escuchado.

¿Un año sin obras maestras?

Este año, según los expertos, llama la atención la ausencia de rock —según Jenesaispop— la buena cosecha musical sin obras maestras —Mondo Sonoro— o el patio revuelto y mezcladoDisco Grande— sin gran perfil de ganadores salvo un poderoso Jack White (exThe White Stripes).

Son opiniones arbitrarias, no científicas, pero necesarias como la función 'Me gusta' de las redes sociales. En un año convulso en lo económico y agitado en lo musical por el baile Gangman Style del surcoreano Park Jae-sang (Psy) —uno de los triunfadores del 2012—, hace falta un mapa de carreteras.

Al final, la clave es cultural y caprichosa. Como decía el semiólogo Umberto Eco en su último libro El vértigo de las listas, la lista es el origen de la cultura, una forma para enfrentarnos al infinito y crear un orden. Eso sí, sin pasarnos de listos.

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