Dejar de fumar supone disfrutar más de las actividades de ocio

  • Por ejemplo, cuando estamos en un bar con amigos, la dependencia hace que el fumador tenga que salir y se pierda la conversación.
  • Hay estudios que demuestran que si se va reduciendo el consumo semanal en un 30% no se produce síndrome de abstinencia.
  • La personalidad en los días posteriores a dejar de fumar dependerá de los rasgos de cada uno: "el que sea agresivo, estará más agresivo".
Un hombre fumando un cigarro.
Un hombre fumando un cigarro.
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Un hombre fumando un cigarro.

Las personas que consiguen dejar de fumar "probablemente disfrutan más" de las actividades de ocio, según ha explicado el experto en adicciones del Colegio de Psicólogos de Madrid, José Antonio Molina.

Molina afirma que "existe el error de asociar el disfrute de una actividad al propio cigarrillo", ya que fumar mientras se realiza "no hace que sea más o menos especial".

Así, por ejemplo, cuando se está en un bar con amigos, "la dependencia hace que el fumador tenga que salir fuera" y prescindir de esa conversación. Además, Molina expone que los exfumadores "tienen la satisfacción de que ahora realizan una determinada acción de manera concentrada".

Molina es además el autor de SOS...Tengo una adicción, y subraya que la gente que nunca ha fumado disfruta "tanto o más" que los fumadores de todas las situaciones de recreo.

Sin embargo, sí reconoce que el hecho de haber realizado una actividad mientras se fumaba tantas veces "hace que los primeros días se note la ausencia de este hábito adquirido", algo que puede provocar "ansiedad, problemas de concentración, ira o dificultades en la conciliación del sueño", sostiene. No obstante, asegura que estos efectos solo "duran una serie de días".

Molina anima a dejar el hábito tabáquico porque, a pesar de que el exfumador puede tener impulsos para fumar en eventos puntuales transcurridos seis meses o un año tras abandonar el consumo de tabaco, "cada día es un paso adelante".

Hay que dejarlo de forma gradual

Su apuesta en fumadores con una alta dependencia nicotínica es "una reducción gradual y paulatina muy pautada", ya que dejar de fumar de un día para otro "puede tener unas reacciones adversas significativas".

En este sentido, expone que existen estudios en los que se ha visto que "reducir el consumo semanal en un 30% no genera síndrome de abstinencia".

Por último, descarta que los fumadores "se conviertan en otra persona" en los días posteriores a dejar de fumar, ya que "todo depende del rasgo de personalidad de cada persona". "El que sea agresivo, estará más agresivo; y el que sea triste, estará, más triste", concluye.

Por su parte, el miembro del Grupo de Abordaje al Tabaquismo de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), el doctor Vidal Barchilón, expone que los recientes exfumadores "pueden encontrar una mejora de su respiración en muy poco tiempo" y que van a notar sensaciones más intensas "en el olor y el sabor en 24 o 48 horas". Además, la reducción del monóxido de carbono en el organismo repercute "en una sensación de nuevas energías", sostiene.

Por otro lado sostiene que la persona que deja de consumir tabaco recupera la función bronquial de manera óptima, lo que "puede producir tos y una mayor expectoración durante un tiempo".

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