Todavía le faltan tres meses para cumplir 20 años, pero ya es bicampeón mundial de motociclismo (125cc y Moto2). Ahora se encuentra en Malasia probando su nueva MotoGP para plantar cara en la cilindrada reina a partir de la próxima temporada. Que se preparen Lorenzo, Pedrosa y Rossi porque llega otro gallo al gallinero. Y este es de los que pica.

¿Hay mucha diferencia entre la Moto2 y la MotoGP?

Sí, es increíble sentir tanta potencia y, al principio, es difícil evitar los caballitos. La conducción es muy distinta y el comportamiento del neumático delantero también.

¿Tendrá que echar más horas en el gimnasio para domar a tantos caballos?

Mi preparación física para Moto2 era muy buena y, de momento sigue igual, pero es algo que estamos valorando. Tengo que rodar más kilómetros con la MotoGP para ver qué partes del cuerpo sufren más.

¿Qué metas se fija para su primer curso entre los grandes?

El objetivo solo puede ser aprender, no hay otra forma de empezar contra los mejores pilotos del mundo. Tengo que estar tranquilo y disfrutar.

En 2010 fue campeón de 125cc y en 2012 lo ha sido de Moto2. Siguiendo esa progresión, ¿toca título de MotoGP en 2014?

Para nada. Todavía no ha comenzado la próxima temporada y no puedo mirar más allá. Parece todo muy fácil, pero la verdad es que no lo es.

Pero llegar a MotoGP con 19 años y dos mundiales impresiona a cualquiera...

Supongo que hay muchas expectativas, pero no me paro a pensarlo. Intento evitar ver la tele o leer demasiada prensa para no presionarme.

El año que viene será compañero de Dani Pedrosa en Honda, ¿le ha dado algún consejo o prefiere guardárselos por si acaso?

No me ha dado ninguno porque todavía no hemos hablado con calma, pero es un grandísimo piloto y espero aprender muchas cosas de él.

¿Qué es lo mejor de ser piloto fuera de los circuitos?

Quizás el reconocimiento de la gente. Es algo que me hace sentir bien, una recompensa a mi trabajo. Hay pocas cosas como hacer feliz a la gente.

¿Y qué sacrificios ha tenido que hacer para llegar a lo alto?

He pasado menos tiempo del que me hubiese gustado con mis amigos y no he podido hacer todo lo que ellos hacen. Lo asumo como parte del juego, no me arrepiento.

Si no hubiera sido piloto, ¿a qué le habría gustado dedicarse?

Mecánico. Tengo la suerte de ser piloto, pero de pequeño quería ser mecánico. Siempre me ha gustado ayudar a la gente que trabaja conmigo.

Tuvo su primera moto con cuatro años, ¿cómo la recuerda?

Sí, fue un regalo de mis padres. Al principio solo era jugar, caerme y reírme, pero todo fue muy rápido y a los cinco ya empecé a competir.

Y lo hizo en enduro y motocross, ¿le iba eso de hacer un poco el loco con la moto?

Hay muchas cosas que no se pueden contar (risas). Para aprender tienes que sufrir, caerte, entrenarte bajo la lluvia, pasar frío... solo así puedes progresar.

Ha sufrido caídas importantes, ¿qué le han enseñado?

Sí, me he caído mucho y gracias a esos golpes he aprendido a llegar al límite con todas las motos que he pilotado.

¿Cómo le gusta desconectar de las motos en su tiempo libre?

Igual que a todo el mundo. Ir al cine, relajarme en casa, internet y hacer mucho deporte, sobre todo ciclismo o fútbol. También tengo un kart con el que me lo paso en grande.

¿Está estudiando algo?

Cuando gané el Mundial de 125cc me vi obligado a dejar los estudios porque tenía tantos actos que me era imposible ir al colegio. Fue una decisión dura y espero retomarlos en un futuro. Ahora solo estoy estudiando inglés porque es importante para mi trabajo.