Las elecciones catalanas con la mayor participación en las urnas dieron como resultado este domingo una victoria de Artur Mas (CiU), que, sin embargo, no consiguió ni mucho menos su objetivo de alcanzar la mayoría absoluta, ya que se quedó con 50 escaños, cuando hace dos años consiguió 62. Consciente de esto, el presidente de la Generalitat en funciones afirmó que estos dos años han estado "muy solos" liderando el proyecto soberanista y reclamó la ayuda de las otras formaciones –en un guiño a ERC– para que respalden el derecho a un referéndum, ya sea "dentro o fuera del Govern", con un pacto estable para gobernar juntos o desde el Parlament.

Esquerra recogió el guante y puso como condición un cambio en las políticas sociales, ya que ERC "es la primera fuerza de izquierdas en el Parlament". Mas destacó que los partidos a favor del derecho a decidir, aunque cada uno con sus propios matices (CiU, ERC, ICV-EUiA, CUP), dominarán el Parlament con una amplia ventaja (107 escaños por 28 de PPC y Ciutadans).

Además, los partidos favorables a un referéndum para decidir el encaje de Cataluña en España aglutinaron el 72% de votos, mientras que los partidos a favor del Estado catalán (CiU, ERC y CUP) concentraron un 47,66% de los sufragios. En cambio, solo un 28% de votos fueron a partidos a favor de la actual relación con España.

Otro resultado significativo fue el retroceso del PSC. Los socialistas volvieron a sufrir otro batacazo y pasaron de 28 a 20 escaños –perdieron el segundo puesto en el Parlament a favor de ERC–, mientras que los populares incluso ganaron un escaño, pasando de 18 a 19, aguantando más el tipo frente al tirón de otros partidos, como Ciutadans, que triplicó sus resultados, pasando de 3 a 9 escaños, a costa, sobre todo, del PSC. Con este resultado, C’s deja de ser el farolillo rojo del Parlament.

Por su parte, el gran beneficiado del 25-N fue ERC, partido claramente independentista, que se encaramó a la segunda posición y convirtió a Oriol Junqueras en líder de la oposición, con 21 escaños, cuando en 2010 –tras el tsunami del castigo en las urnas al Tripartito– obtuvieron la mitad, 10. Esquerra aglutinó el voto nacionalista de izquierdas y también el de castigo a CiU.

Otra fuerza que siguió creciendo en estos comicios es ICV-EUiA, con Joan Herrera sacando rédito de su lucha abierta contra la política de austeridad de los gobiernos español y catalán. Los ecosocialistas también aumentan su representación en el Parlament a costa del PSC, pasando de 10 a 13 escaños. Por su parte, Solidaritat Catalana per la Independència no consiguió mantener su representación en la Cambra catalana: en 2010 obtuvieron cuatro escaños gracias, sobre todo, al efecto Joan Laporta.

La otra gran noticia de la noche es la irrupción en el Parlament de una nueva fuerza independentista y de izquierdas, la CUP –la Candidatura d’Unitat Popular–, que consiguió tres escaños. La CUP, partido de base alejado de los más tradicionalistas y que quiere ser el "caballo de Troya" de las clases populares en el Parlament, ha ido teniendo cada vez más presencia en los ayuntamientos, pero hasta ahora no había conseguido dar el salto al Parlament.

El desgaste en las urnas de CiU también coincide con el incremento del voto de los partidos críticos con las políticas del Govern. El antiguo Tripartito (ERC, ICV y PSC) suma cuatro escaños más que Convergència. De los tres partidos, solo los socialistas bajaron, como ya pasó hace dos años.