En una semana, miles de andaluces se verán obligados a cambiar de médico de familia. En todo el país lo harán 4 millones de españoles de 11 comunidades. La medida responde al proceso de consolidación de empleo de los profesionales sanitarios de atención primaria.

El hecho de que el cambio de destino se produzca en estas fechas ha provocado críticas entre los facultativos. Dicen que se podría haber realizado en septiembre y no con el curso empezado.

Los afectados tienen que arrancar de cero en una nueva ciudad y movilizar a la familia con los problemas que eso conlleva. Aunque la asistencia sanitaria está asegurada, la situación generará «insatisfacción y malestar entre los profesionales y desconcierto entre la población», según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria.

La Consejería de Salud de la Junta convocó 1.286 plazas, aunque no sabe precisar el número total de facultativos que se trasladarán masivamente a finales de octubre y principios de noviembre.

Según CC OO, serán cerca de 2.500 los médicos de cabecera que se trasladarán de centro o consolidarán su plaza, es decir, pasan de ser interinos a ocupar un puesto fijo. Sólo en Sevilla capital se reubicarán 152 médicos y 104 tomarán posesión. «Habrá movimiento en los 32 centros de salud de Sevilla», explica Manuel Prada, administrador del distrito sanitario de Sevilla.

De forma escalonada La Junta insiste en que se ha organizado todo para que los usuarios sufran el cambio de médico de cabecera lo menos posible. Las salidas y entradas se harán de forma escalonada. «Hasta que no llegue el nuevo médico de familia al centro de salud no sale el eventual.

No habrá cortes en la atención integral del ciudadano. La mayoría de los médicos de familia que llegan tienen al menos 15 años de experiencia», dice Prada.

La Junta me ha privado de estar con mis cuatro hijos en muchos momentos», cuenta Miguel Martínez Galindo, un médico de familia de 50 años en Ronda (Málaga). Miguel vive en la capital y su puesto de trabajo está a 104 kilómetros de ella. Espera desde hace dos años que se resuelva el asunto de los traslados. Ahora se dispone a ocupar una consulta en la zona de Benalmádena y Torremolinos. Su nueva ubicación estará a 26 kilómetros de casa, pero ya no será necesario pasar una semana fuera del hogar cumpliendo guardias.