La sede de ICV en la Ciutat Vella de Barcelona es como una luz al final de la oscuridad del Passatge del Rellotge. Es como si simbolizara el lema de Joan Herrera en los carteles electorales: I tant si podem! (¡Claro que podemos!)

¿Puede acabar la frase?

Claro que podemos... derrotar las políticas de austeridad y de recortes. Podemos sacarnos la corrupción del encima. Podemos hacer cambiar las cosas.

¿Son las elecciones del debate soberanista o de los recortes?

Ganaremos el derecho a decidir, pero, sobre todo, son las elecciones en las que debemos vencer las políticas de recortes.

¿Y qué es el derecho a decidir?

Significa poder optar a decidir cómo nos queremos organizar como comunidad. Pero, yo no lo quiero reducir solo a esto. Yo quiero decidir sobre otras muchas cosas.

¿Como por ejemplo?

Pues, si prefiero redistribuir o si prefiero recortar; si prefiero una política energética independiente de las eléctricas o si me someto a ellas; o si puedo pedir una consulta para aquello que me plazca, como las democracias plenas, o tenemos una democracia basada en votar cada cuatro años. El derecho a decidir es poder decidir sobre nuestras relaciones con el resto del Estado, pero también otras cosas.

En ICV tienen claro el derecho a decidir, pero... ¿y la independencia?

Tenemos federalistas e independentistas, pero con un denominador común: no queremos que la relación actual con el Estado se mantenga. Hace falta un salto hacia un modelo que la supere. Esto quiere decir un Estado propio con una relación federal, confederal u otros escenarios. Este es el punto de encuentro.

Por lo tanto, ¿dan libertad de voto?

Sí, y dependería de las circunstancias. Hay gente que quiere hacer ver que estamos decidiendo sí o no a la independencia, pero hay gente que tiene claro que sí, y otra que tiene claro que no, y otra que dice depende, que duda, en función de las circunstancias...

¿Por eso en las encuestas hay tantos indecisos?

Sí, pero se deben a la creencia de que en estas elecciones se debe votar sí o no a la independencia. Y no es así. Hay indecisos porque, en definitiva, la última Diada supuso un terremoto que movió las placas tectónicas y ahora se está depositando. Ahora bien, ¿cuál es el elemento interesante? Pues, que mucha gente irá a votar también en clave social. En el debate político, gracias a la fuerza de la gente, se está hablando de cosas que ni Mas ni Rajoy querrían, desde los desahucios y la legislación hipotecaria hasta las consecuencias de los recortes, algo que ha emergido con la última huelga general.

Según CIU, se han tenido que hacer recortes debido a la herencia del Gobierno tripartito, donde estaba ICV. ¿Cómo lo ve?

Convergència debería ser más prudente, porque CIU en Madrid ha hecho que se aprobaran apoyos a la banca muy superiores a la deuda recibida, porque CIU ha sido capaz de apoyar al rescate de autovías por valor de 5.000 millones de euros, porque CIU formó parte de la troika con PP y PSOE que acordó que rebajar impuestos era de izquierdas y que afectaba a la financiación. Y, por lo tanto, yo diría que Convergència deja una herencia peor desde el punto de vista financiero y humano, porque la deuda ha aumentado a un ritmo superior y porque han recortado demasiado y eso ha tenido un efecto negativo sobre la economía y los ingresos. Hemos entrado en un círculo desastroso y no en el círculo virtuoso del que hablaba Mas. Ahora hay más niños en riesgo de pobreza, se han reducido un 30% las becas comedor...

Dicen que son la única izquierda que no depende de Madrid, pero ¿la herencia del tripartito les pesa?

No hemos escondido nunca el Gobierno de Entesa y no renegaremos ahora. Hace falta hacer un análisis de lo que fue bien y mal. Hace falta construir de nuevo una alternativa de izquierdas con una mayor movilización social, que haga que los procesos de transformación sean más profundos.

¿Hay rumores de que ya está organizando esta nueva Entesa?

Lo deberemos hacer en todo caso de forma diferente y con un resultado que nos dé más liderazgo.

¿Aspiran a sacarle votos al PSC?

Los votos no son propiedad de nadie. Aspiramos a sumar muchos votos de izquierdas frente a Mas.

¿Qué manifestación fue más clave, la del 11-S o la del 14-N?

Yo no escogeré entre izquierdas y país. Yo quiero un país de izquierdas.

O sea, ¿se queda con las dos?

La manifestación de la Diada expresó el cansancio respecto a una España que no nos entiende. Y la de la huelga general mostró el rechazo a unos recortes que nos ahogan. Iba por Mas y sus políticas.

Al final, ¿resultará positivo haber adelantado las elecciones?

Hacían falta unas elecciones para cambiar las políticas de recortes. Si Artur Mas las quería para ejercer el derecho a decidir, ya lo podría haber hecho, porque tenía una mayoría en el Parlament. Creo que las convocó para tratar de conseguir una mayoría absoluta. Artur Mas es frío ante del padecimiento. Sólo así se explica lo que ha hecho. Espero que estas elecciones sean un correctivo para él y haya más sensibilidad social al Parlament. Mas ha dicho que respetaba la huelga general y que estaba dispuesto a una cumbre social, cuando en 21 meses nos ha dicho que no tantas veces.

Y, entonces, ¿cómo interpreta que las encuestas den una mayoría de votos para CIU?

Creo que con el paso de los días se están deshinchando. Ahora, Mas dice que ya ve la mayoría absoluta difícil. Ellos piden el voto para el derecho a decidir, pero lo que no explican es que si votas a CIU, votas también por los recortes.