La fuerza pública proseguirá con las operaciones militares en Colombia, incluso durante el cese el fuego unilateral que la guerrilla de las FARC llevarán a cabo desde la medianoche de este martes hasta el 20 de enero.

El ministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, dejó este punto claro en una breve declaración que tuvo lugar varias horas después de conocer el anuncio de tregua que hizo en La Habana el segundo mando de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), "Iván Márquez", alias de Luciano Martín Arango.

Pinzón destacó que es un "deber constitucional" y "una postura que corresponde a la fuerza pública" continuar la persecución contra "estos individuos que han violado todo tipo de códigos, todo tipo de normas y que han atentado contra la vida, contra la honra de los colombianos".

Además, desestimó el valor de la promesa con la que la guerrilla inauguró los diálogos de La Habana, con la que busca "generar un medio ambiente político propicio para el avance de las conversaciones", según el comunicado difundido por el grupo armado y titulado: "Abriendo senderos hacia la paz".

"La realidad que la historia demuestra es que esa organización terrorista nunca cumple nada, por eso es difícil creer que dejarán de seguir matando niños, dejarán de seguir haciendo atentados contra la población civil como los que hemos visto en las últimas semanas", anotó el ministro Pinzón.

El titular de Defensa aludió así a recientes ataques con explosivos, como el perpetrado en las inmediaciones de la plaza central del pueblo de Pradera, donde 14 niños y 19 adultos resultados heridos, todos civiles, durante la celebración de la última noche de Halloween.

Desde que se anunció la puesta en marcha de un proceso de paz entre el Gobierno y las FARC, en agosto, la guerrilla ha perpetrado 48 atentados, matando a 30 uniformados y 17 civiles.

Por su parte, el colectivo Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP) de la exsenadora Piedad Córdoba pidió al presidente colombiano el cese de "actividades militares" mientras se mantienen negociaciones de paz con las FARC en Cuba.

"Respetuosamente, solicitamos al gobierno tomar en consideración la petición que multiplicidad de comunidades, organizaciones que padecen la guerra y sus graves consecuencias, y como expresión del deber de la paz, de la victoria que significa la humanidad y la razón, que decida un cese de actividades militares ofensivas lo que será un mensaje de esperanza para las y los colombianos", dice la ONG en un comunicado.

Y es que desde que se anunció la puesta en marcha de un proceso de paz entre el Gobierno y las FARC, el pasado 26 de agosto, la guerrilla ha perpetrado 48 atentados que le han costado la vida a 30 uniformados y 17 civiles, además ha dejado heridos a 43 miembros de la fuerza pública y otros 40 civiles, según informó hoy Caracol Radio.

En ese periodo, el departamento del Cauca, en el suroeste de Colombia y donde viven grandes comunidades de indígenas, ha sido el más castigado por los enfrentamientos entre las FARC y el Ejército.

Por su parte, el ministro Pinzón informó el pasado 29 de octubre que desde que se conoció el diálogo y hasta esa fecha, las fuerzas militares habían acabado con la vida de 50 guerrilleros de las FARC, mientras que otros 60 habían sido capturados.

El anuncio de esta tregua temporal de la guerrilla suscitó reacciones positivas como la de la exsenadora colombiana Piedad Córdoba, quien ha ejercido como mediadora en una veintena de liberaciones de secuestrados y consideró este cese el fuego como una "muestra de buena voluntad de las FARC".

En el mismo sentido, el alcalde de Bogotá y exguerrillero del M-19, Gustavo Petro, dijo que "si hay un cese unilateral al fuego se demuestra la voluntad de las FARC de llegar a un cese definitivo del conflicto armado".

Sin embargo, el líder indígena del Cauca James Yatacué desconfió de la tregua en declaraciones al diario El País de Cali: "no les creemos porque ellos siguen amenazando a la comunidad indígena. Por nuestra experiencia, que ya es de muchos años, sabemos que ellos se saltan la palabra, asesinan al que quieran y siguen con el narcotráfico".

Mientras las FARC se han declarado partidarias de ordenar un alto el fuego bilateral desde el inicio del proceso, la postura del Gobierno colombiano tiende a mantener las operaciones hasta que se firme un acuerdo definitivo que ponga fin al conflicto armado interno de medio siglo para "blindar" la seguridad en el país.