Aunque fuentes de la Junta aseguran que el 60% de los empresarios ya cumplen, un informe de la Once revela que la mitad desconoce tener esa obligación, y de los que sí lo saben, sólo un 20% ha contratado discapacitados.

Experiencias positivas

En Cadbury-Dulciora trabajan siete personas en lo que se conoce como enclave. «Su contrato es con Asprona, pero trabajan en la fábrica con el resto de la plantilla, así se sienten más útiles y responsables», asegura Ángel Garzón, su coordinador.

Sólo cuatro empresas utilizan este sistema en Valladolid, quizá por eso, nueve de cada diez discapacitados intelectuales siguen sin empleo.

El trabajo puede ser muy dulce

Luis Miguel Cuesta. Trabajador discapacitado de Cadbury-Dulciora, 31 años.

«Me llevo muy bien con los compañeros»

Mientras habla con nosotros no deja de doblar cajas ni un segundo. «Yo ya trabajé en otra empresa, en Macrolibros, y me gusta mucho. Antes estuve en un taller de Asprona, pero ahora en Cadbury comparto las tareas y los descansos con el resto de la plantilla. Me llevo muy bien con los compañeros y no nos dan mucha caña».

Mª Coro Gago.  Trabajadora discapacitada de Cadbury-Dulciora, 38 años.

«Tengo cuatro años de experiencia»

Trabaja sola y se da mucha maña con el regaliz. «Ya tengo cuatro años de experiencia. Coloco la pasta de regaliz y relleno los formularios de las cajas. Éstos van para Inglaterra. No me planteo buscar otro trabajo, aquí estoy bien y prefiero haberme incorporado a una empresa que en los centros de trabajo especiales».