Empecé a trabajar en un hospital de caballos donde no me pagaban y echaba 15 horas al día. Decían que no tenía experiencia. Luego estuve en varias granjas y, en vacaciones, me iba a estudiar a Estados Unidos e Inglaterra.
Y a pesar de tanta preparación, ¿por qué decidió dejar de trabajar para otros?
Fundé mi empresa porque me cansé de trabajar por una media de 1.000 euros al mes, cuando gana más dinero un camarero o albañil sin estudios. Me di cuenta de que era la única forma de prosperar.
¿Y le han ayudado para crear su propio negocio?
Muy poco. Junto con un compañero tuve que pedir un préstamo personal porque con las ayudas no puedes ni contar. Me dieron una subvención de 4.500 euros y tuve que darle 1.000 a Hacienda. No entiendo cómo el Gobierno, en lugar de fomentar el autoempleo, da beneficios sociales a los funcionarios.
¿Cómo se debe ayudar a una emprendedora como usted?
Creo que debería haber una asesoría que, en el primer año de la empresa, realice un seguimiento al negocio.
Bio. 29 años y licenciada en Veterinaria por la Universidad de Santiago. Fundó su empresa, Ekisor, hace dos años.
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