Portugal recibe a Merkel y su discurso de austeridad en medio de protestas y un gran blindaje

Un grupo de manifestantes protestan por la visita de Angela Merkel a Lisboa este lunes.
Un grupo de manifestantes protestan por la visita de Angela Merkel a Lisboa este lunes.
EFE
Un grupo de manifestantes protestan por la visita de Angela Merkel a Lisboa este lunes.

Entre fuertes medidas de seguridad y actos de protesta, la canciller alemana, Angela Merkel, ha comenzado su visita relámpago a Portugal. En el país luso, uno de los supervisados por la troika, la mandataria germana defendió las deudas sostenibles y más competitividad como única forma de que Europa supere la crisis.

En una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, ambos políticos conservadores subrayaron la necesidad de cumplir los programas de ajuste en marcha para que Europa recupere la plena confianza de los mercados y los inversores.

Merkel, que realiza una visita de seis horas a Portugal en medio de fuertes medidas de seguridad por la convocatoria de varios actos de protesta (como ya sucediera hace poco durante su visita a Grecia, otro de los países supervisados por la troika), reconoció las "dificultades" que se viven en Europa, pero subrayó que del cumplimiento de las reformas depende el futuro de las generaciones europeas.

"La futura sostenibilidad de las deudas y de las inversiones es fundamental para Portugal y los demás países", declaró Merkel tras una reunión con Passos Coelho en un fuerte militar a veinte kilómetros de Lisboa. La canciller subrayó que uno de los principales problemas que afronta Europa es "el desnivel de la competitividad, y Portugal demuestra que puede ser mejorada".

Una marcha en Lisboa contra Merkel

La canciller alemana llegó a la capital de Portugal en, dicha visita oficial de apenas seis horas, protegida por extraordinarias medidas de seguridad ante la convocatoria de varios actos en protesta por su presencia.

Tras el aterrizaje de su avión en el aeropuerto militar de Lisboa, la canciller se desplazó de inmediato al palacio presidencial de Belem, cuyo perímetro estaba acordonado por numerosos policías, que casi superaban a los curiosos y los manifestantes que empezaban a concentrarse en sus inmediaciones.

Varios movimientos cívicos han convocado una marcha en Lisboa, entre otros actos de protesta contra la presencia de Merkel y la política de austeridad del Ejecutivo conservador luso.

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