La telefonía móvil ha encontrado en los niños un verdadero filón comercial. Si en 2004 el 48% de los chicos de 10 a 14 años tenían un aparato, este año ya son el 61,6%, según un estudio reciente sobre nuevas tecnologías del Instituto Nacional de Estadística. De los 275.000 críos de la comunidad, 163.000 tienen su propio teléfono.

Los chavales de esta edad están al día con las nuevas tecnologías; el 84% de ellos usan el ordenador con frecuencia y el 68,4% está familiarizado con Internet.

Hogares a la última

Nunca esconder el móvil

Los síntomas que pueden denotar la adicción al móvil de un adolescente son que el chico tenga el teléfono siempre encendido o que esté pendiente de si suena constantemente.

Suele darse en chavales con padres muy permisivos. Aunque la factura sea elevada, los expertos aconsejan no esconder nunca el aparato ni prohibirlo e invitan a negociar con el muchacho.

Una familia muy ‘enredada’

Los Pérez conviven en su piso con hasta una veintena de gadgets tecnológicos. No, no es Silicon Valley, ni tampoco la casa de Bill Gates.

Es el piso de la familia Pérez, un hogar del noreste de la capital un tanto especial. Para ellos, la televisión y la máquina de escribir ya son fósiles tecnológicos, a juzgar por la cantidad de gadgets, modernos aparatos electrónicos, que atesoran.

El patriarca, Miguel Pérez, de 47 años, es consultor y compatibiliza su trabajo con la presidencia de la Asociación de Usuarios de Internet. Su interés por la tecnología lo ha contagiado a su esposa y dos hijos. Si lo normal es tener un ordenador de sobremesa en casa, los Pérez tienen tres. "Uno está permanentemente encendido, para descargas, y los otros dos son de uso personal de mis hijos", indica Miguel.

Además, él y su esposa tienen un portátil cada uno. "Aunque mi mujer es ama de casa, lo usa para el correo electrónico y para el Messenger". Los hijos de Miguel, dos adolescentes de 17 y 15 años, dedican una hora diaria a estudiar con Internet, aunque de vez en cuando, como reconoce el propio Miguel, "lo usan para su ocio y para hablar con sus amigos por mensajería instantánea".

Adiós a los cables En su casa, el módem y los cables están más que olvidados. "Tenemos una red ADSL y la conexión es Wi-Fi (inalámbrica)".

Los carretes han sido sustituidos por las tarjetas de memoria de sus tres cámaras digitales, con las que hacen fotos que cuelgan en un marco digital.

Además, tienen dos agendas electrónicas (PDA), aunque Miguel reconoce que "no son muy útiles, casi prefiero las de papel". Los cuatro MP3 le han comido el terreno a los radiocasetes, al igual que el DVD ha destronado al humilde vídeo.

Miguel y Araceli, de 44 años, gracias a Internet ya no pisan una agencia de viajes.

Organizan las vacaciones desde casa. "Lo que compramos por la Red suelen ser entradas de cine, billetes y antivirus", cuentan. Ellos nunca se han topado con trabas en sus compras electrónicas. "Desde la asociación he comprobado que el grado de satisfacción de este tipo de comercio es muy alto".