'La Dama del Lemán': un viaje de lujo por Suiza en un tren de 1938

  • En este tren se puede disfrutar de la cocina de los mejores chefs de Europa mientras se recorren lagos, montañas y viñedos en un entorno de época.
  • Su alquiler cuesta en torno a 3.500 euros por 3 horas y media, sin 'catering'.
  • Se ofrece para cenas de empresa, reuniones de amigos o banquetes de boda.
Pequeño y antiguo, de 1938, pero a precio de lujo.
Pequeño y antiguo, de 1938, pero a precio de lujo.
EFE
Pequeño y antiguo, de 1938, pero a precio de lujo.

Pensamos en Suiza y vemos quesos, vacas, casitas, montañas, felices bancos… y trenes. Muchos trenes. El tren es en Suiza el medio de transporte por excelencia. Y lo es porque en Suiza el tren es garantía de puntualidad y comodidad.

Más allá del tren que nos lleva de punto a punto con absoluta fiabilidad, Suiza ofrece varios trenes que son la razón del viaje en sí mismos. Es el caso La Dama del Lemán, un tren en el que poder disfrutar de la cocina de los mejores chefs de Europa mientras se recorren lagos, montañas y viñedos en un entorno de época.

Se trata de un tren restaurado de 1938 que, dos décadas después de su retirada del servicio en los años noventa, devuelve a la región francófona de Suiza esta atracción turística y gastronómica.

Este tipo de recorridos son muy populares en la región oriental de Suiza (de habla alemana), sobre todo por la gran demanda de turistas de todo el mundo que optan por los trenes antiguos como medio de transporte para ver de cerca los Alpes.

Un lujo a 70 km/h

El nuevo protagonista es La Dama del Lemán, un pequeño vagón-locomotora blanco y verde de 1938 que, aunque fue fabricado en Ginebra, nunca pisó los rieles de los cantones francófonos. Su alquiler completo, que cuesta en torno a 3.500 euros por unas tres horas y media sin contar el servicio de catering, invita a celebrar cenas de empresa, reuniones de amigos o banquetes de boda.

Existe también la opción de reservas individuales, que van desde exclusivas (y caras) veladas en las que se podrán degustar platos de famosos cocineros, a billetes "más económicos", que incluyen menús con platos de las diferentes regiones de Suiza.

A una velocidad máxima de 70 kilómetros por hora y mientras recorren unos cien kilómetros entre lagos, viñedos y montañas, hasta cuarenta comensales acomodados en doce mesas podrán, por ejemplo, degustar quesos y chocolates suizos, las dos especialidades helvéticas más internacionales que "siempre estarán en el menú".

Las salidas se limitarán a un máximo de dos por semana debido a la antigüedad de la máquina. No podrán viajar menores de catorce años, ya que el tren carece de cierre de puertas automático y una simple manivela puede abrir las puertas durante la marcha.

Suiza cuenta con una red ferroviaria de más de 5.000 kilómetros de longitud, siendo además de las más densas del mundo y una de las que presentan mayor frecuencia de trenes. Sin embargo, por estas vías no solo circulan los trenes de la compañía nacional de ferrocarriles, sino que también existen más de una treintena de empresas privadas que proponen subirse a un ferrocarril para acercarse a los Alpes o degustar la clásica fondue.

Más trenes muy especiales

La Dama del Lemán se une así a la amplia oferta de turismo ferroviario que ya existe en Suiza, en la que destaca por ejemplo el tren del chocolate o el del Jungfraujoch, un ferrocarril que concluye su viaje en la estación más alta de Europa, situada a 3.454 metros sobre el nivel del mar.

Posiblemente aun más conocido es el Bernina Express, un reconocible tren rojo que cruza los Alpes desde hace más de un siglo y que en 2008 fue incluido en la lista de lugares considerados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, algo que reconoce que los trenes en Suiza son algo más, mucho más, que un medio para trasladarse entre dos puntos.

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