Condenada a 20 años la madre que ahogó a su hijo y abandonó el cuerpo en una maleta

  • Llevó al niño, de 9 años, a Menorca, donde vivía junto a su pareja, y le ahogó.
  • Escondió el cuerpo en una maleta y lo abandonó en un descampado de Maó.
  • A través de las redes sociales, simuló que el pequeño seguía vivo.
Monica Juanatey, durante el juicio.
Monica Juanatey, durante el juicio.
EFE
Monica Juanatey, durante el juicio.

Mónica J.F. ha sido condenada a 20 años de cárcel por asesinar en Menorca en 2008 a su hijo de 9 años, César, y meter después su cadáver en una maleta que abandonó en el campo, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares (TSJIB).

El jurado popular emitió la pasada semana un veredicto de culpabilidad de asesinato y el fiscal pidió una pena de 20 años al considerar que mató a su hijo con alevosía y la agravante de parentesco.

La acusada confesó el asesinato al ser arrestada en 2010Mónica J.F., de origen gallego y 34 años de edad, reconoció en su declaración policial haber abandonado en una maleta el cuerpo de su hijo en el verano de 2008 y confesó el asesinato tras ser arrestada en 2010, pero se desdijo de sus palabras asegurando que no recordaba el momento de la muerte. El jurado no consideró el eximente de amnesia.

Los forenses que declararon en la vista aseguraron que la mujer padece un trastorno antisocial y "no tiene sentimientos por nadie", así como que el contexto en que se encontró el cuerpo del niño —dentro de una maleta abandonada en el campo y con los objetos personales del menor dentro— les llevó a descartar que muriese por accidente.

Fingió que había hecho la comunión

Según las investigaciones policiales, el menor llegó a Menorca el 1 de julio de 2008, tras finalizar el curso escolar en Galicia. Su madre se encontraba en la isla desde marzo de 2008, donde residía con su pareja, de Menorca, a la que había conocido a través de las redes sociales a finales de 2007. Mónica J. explicó a sus amigos que el niño era su "sobrino".

A los diez días de su llegada, la mujer ahogó en la bañera a César y abandonó el cuerpo en un descampado de Maó (Mahón).

Tras la muerte, la madre evitó el contacto con sus padres y abuelos del niño, residentes en Noia (La Coruña). A través de Internet, simuló que seguía vivo e incluso llegó a anunciar que había hecho la primera comunión en noviembre de 2008. Al mismo tiempo, ocultó el asesinato a su pareja en ese momento y al padre adoptivo del niño.

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