En 2005, pese a que la ley empezó a aplicarse a mitad de año, 12.626 parejas decidieron romper su unión, 5.552 más que en 2004, cuando hubo 7.074 divorcios. El aumento en el primer semestre de 2006, comparado con el mismo periodo de hace dos años, es de un 185% más. Por partidos judiciales, la capital encabeza la lista de este año, con 4.572, seguida de lejos por Alcorcón, con 446, y por Fuenlabrada, con 426.

No hay que alegar causa

Uno de los cambios más importantes es que ahora no hay que alegar ninguna causa. "Antes la ley establecía siete motivos por los que se podía pedir un divorcio", explica Silvia Val, letrada de la firma Abogadosdefamilia.net.

Otra de las novedades de esta norma es que "elimina la separación, con lo que los esposos se ahorran un proceso judicial", afirma Val.

Además, ya no es necesario llevar un año casado para romper la unión. "A los tres meses se puede disolver el matrimonio", continúa Mata. Estas mejoras suponen un importante ahorro de tiempo: en tres meses el contrato civil se rompe.

Los separados, en extinción

La única diferencia que hay entre un separado y un divorciado es que "cuando te separas no te puedes volver a casar, mientras que si te divorcias puedes volver a casarte", explica Silvia Val, de Abogadosdefamilia.net.

Separarse es una forma de seguir manteniendo un "vínculo" con el cónyuge. Pero si un matrimonio separado se reconcilia y quiere volver a unirse, necesita casarse de nuevo.

A efectos fiscales y de repartición de bienes, los separados gozan de los mismos derechos que los divorciados. La sencillez del nuevo divorcio está acabando con las separaciones.

José J. García, divorciado, en paro.

"Rompimos los lazos en poco tiempo"

"Con el divorcio he ganado libertad y he salido reforzado", sentencia este madrileño, de 29 años, que lleva cinco meses divorciado. Asegura que lo más positivo de la nueva ley "es que en poco tiempo pierdes el vínculo con la que era tu mujer". Él lo consiguió en cuatro meses. "Creo que lo peor son los trámites, porque son muy duros y desagradables", dice.

"El hecho de que fuera más sencillo no influyó en mi decisión, pero me alegro de que durara poco tiempo".

En cuanto al coste económico, explica que el bufete Juárez & Asociados le cobró 1.200 euros.