Sigüenza, la ciudad del Doncel

  • El Doncel está considerada una de las mejores esculturas funerarias del mundo.
  • En la plaza Mayor, iniciada en 1494, está la catedral, de estilo gótico cisterciense.
  • En su entorno natural, el Parque del Río Dulce y las Hoces del Río Salado.
El Doncel de Sigüenza fue un joven aristócrata y militar popular en la época.
El Doncel de Sigüenza fue un joven aristócrata y militar popular en la época.
WIKIPEDIA/Manuel de Corselas
El Doncel de Sigüenza fue un joven aristócrata y militar popular en la época.

Sigüenza es una de las ciudades con más historia de España. Sin duda, este municipio está marcado por su castillo, actual Parador Nacional. Pero también por la leyenda medieval del Doncel de Sigüenza y una artesanía única. Además, su entorno natural es de los mejores de España, especialmente el Parque Natural del Río Dulce y las Hoces del Río Salado.

El Castillo de Sigüenza fue edificado en el siglo XII sobre una alcazaba árabe que dominaba la ciudad, bañada por el río Henares. El primer señor de Sigüenza fue el arzobispo de Toledo, Bernardo de Agen. Fue él quien recuperó la ciudad a los musulmanes en 1123. Quince años después, Alfonso VII concedió a los obispos de Sigüenza la propiedad sobre la ciudad y sus gentes, de ahí que se la conociera como "la de los cien obispos de armas tomar".

El castillo actual, que fue objeto de restauración en los años setenta, cuenta con habitaciones amplias y confortables. Como no podía ser de otra forma, las habitaciones sorprenden con unas espectaculares camas con dosel. En las zonas comunes se ha buscado un interiorismo cuidado y pensado para producir una sensación de tranquilidad y confort, con el uso de la madera y la piedra. Todo, bajo la protección de sus rotundos muros, que enmarcan un espectacular patio de armas empedrado.

Una leyenda extramuros

En este caso, la leyenda no espera en una torre del castillo, sino en una capilla de la catedral: el Doncel de Sigüenza, considerada una de las mejores esculturas funerarias del mundo.

Se trata de la figura de un caballero de la Orden de Santiago que lee un pequeño libro mientras reposa recostado durante un descanso de la campaña de Granada. Fue allí donde encontró la muerte el joven aristócrata y militar Martín Vázquez de Arce (1461-1486), que así se llamaba el Doncel, que alcanzó una gran popularidad en la época.

Su padre, secretario de la poderosa familia Mendoza, mandó construir este monumento de amor paternal, sin duda, una de las joyas del Renacimiento español.

Una ciudad llena de historia

El castillo es el mejor punto de partida para conocer Sigüenza. Desde la plaza del castillo, la calle Mayor nos lleva a la plaza Mayor, que se empezó a construir en 1494, y a la catedral, de estilo gótico cisterciense.

El paseo continúa hacia la ermita del Humilladero (donde se encuentra la Oficina de Turismo), el Palacio Episcopal, la Antigua Universidad y las tres puertas (de Hierro, Mayor y del Toro) que franqueaban el paso de la muralla que protegía la ciudad.

En esta ciudad no se puede tener prisa. Sigüenza ofrece un recorrido curioso que lleva al pasado. Sería imperdonable no entrar en las diversas tiendas de artesanía local, como las de la calle del Cardenal Mendoza (El Arca, tel.: 949 393 343; Casa Muela, tel.: 949 390 785). Supone toda una experiencia conocer estos oficios prácticamente extinguidos: talleres como los de Canfrán Díaz, especializado en espejos (tel.: 949 391 510); alfombras Tohede (tel.: 949 391 195), o el estudio del pintor Santos Viana (tel.: 949 391 387).

Senderismo en libertad

Fuera del recinto histórico, el entorno de Sigüenza ofrece varias posibilidades de senderismo. Las dos principales llevan al Parque Natural Barranco del Río Dulce, con un paisaje salpicado de frondoso bosque mediterráneo (encinas, enebros, quejigos...). Otra opción es dirigirse a las Hoces del Río Salado, donde habita una escasísima colonia de buitres leonados, alguno de cuyos ejemplares podremos divisar si tenemos suerte.

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